Acorazado Potemkin: cronistas y protagonistas

Victoria Schwindt

Victoria Schwindt

Hace ocho años el trío conformado por Federico Ghazarossian, Luciano Esaín y Juan Pablo Fernández juntó sus talentos y sus largas trayectorias en diferentes proyectos, para crear Acorazado Potemkin, una banda que cultivó un potente sonido de power trío con letras profundamente rioplatenses, un vinculo estrecho con la sociedad, e historias de corazón abierto. 

Aunque fue de cierta manera un nuevo comienzo, la banda enseguida logró distribuirse como reguero de pólvora gracias a la edición independiente y de descarga gratuita de sus discos, Mugre (2011) y Remolino (2014). Ya con una trayectoria y una reputación que los coloca dentro del buen linaje del rock argentino, el trío editó este año Labios del Río, un disco que narra rupturas y mudanzas, crónicas de frontera y viñetas juveniles. Cuenta con la voz invitada de Mariana Päraway en la destacada Flying saucers, y las versiones Dos de nosotros de The Beatles y Semilla de piedra de Lila Downs.

Este disco será presentado en vivo en Montevideo este sábado en Bluzz Live, junto a Flopa como artista invitada. Pero antes, Juan Pablo y Federico hablan de este nuevo trabajo, la creación de sus canciones y el manejo de la emotividad, en especial en canciones como Mundo lego y Hablar de vos.

 

Luego de ya varios años de ruta, ¿cómo encaran la creación de un disco? ¿Qué lugares trataron de transitar o evadir?
Juan Pablo Fernández: Siempre hacemos igual, vamos laburando temas hasta que nos damos cuenta que hay un disco. En un momento del año pasado lo encaramos, pero se fue postergando por cosas personales, y creo que sirvió para que madure mejor, algunas ideas se “templaron” y están más claras, aún las más abiertas, entonces llegamos a abril con un material para preproducir un demo y ahí nos dimos cuenta de que el disco estaba y se armó todo para llegar a grabarlo y presentarlo este año. Nosotros trabajamos mucho en la previa, hay temas que ni se proponen porque están hechos o son lugares que ya pasamos, yo creo que tratamos de no repetirnos, siempre estamos escuchando cosas, somos curiosos y al ser un trío se corre el riesgo de ser monótono, así que esta bueno confiar en el trabajo hecho, en la propuesta del compañero, pero con cuidado de no haya un estilo muy definido, si no que siempre esté en construcción.
 
Federico Ghazarossian: Vamos a partir de lo que va surgiendo en los ensayos y lo que vamos llevando cada uno: pequeñas células a desarrollar a partir de conjugarlas entre los tres, algunos temas los veníamos tocando hace casi un año y otros fueron madurando los últimos meses, aproximadamente. Y lo encaramos a partir del material latente que hay; trabajar en él y trazar las metas para llegar a concretarlo... primero buscar la fecha de presentación y después activar todo lo que sigue (pre-producir/grabar/mezclar).
 
En una entrevista contaban que el nombre del disco cayó luego del diseño del arte, realizado por Sebastián Santana, que vive acá en Montevideo hace ya muchísimos años. ¿Cómo es su relación con la pata visual del disco? ¿Cómo se dio esa asociación con Sebastián, responsable del arte de sus tres discos?
FG: Es muy importante la primera impresión de ser visto, es lo que termina de redondear lo onírico de la música, cómo formar un concepto determinado. Es una vestidura, y a Sebastián lo conocimos por Juan.
 
JPF: Sí. Con Sebastián trabajamos nuestros tres discos y él hace su búsqueda y nosotros la nuestra, muchas veces sus propuestas terminan de definir ideas que están en las canciones pero él siempre agrega una nueva visión, es lo mejor y más enriquecedor de trabajar juntos. Un verso de una letra que Lulo propuso como nombre del disco, como Labios del río, cobró un nuevo sentido a partir de una foto en la que Sebastián estaba trabajando, y nos abrió conceptos que están implícitos pero que no los veíamos, él los reveló a través de un perro, su ausencia, un charco, el borde y la orilla. 

Para este disco combinaron su sonido potente con instrumentos como piano, flautas y violines, que tienen otra intensidad y le dan otro espíritu a las canciones. ¿Este fue un objetivo de este disco, ofrecer otro tipo de colores?
JPF: Siempre es la gente la que está antes, su mirada artística, su forma de tocar el instrumento fue lo que nos interesó. Luego los colores que aportan, los sonidos, las texturas, responden a las lecturas que ellas como músicas trajeron, y lo que hicieron fue agregar una nueva dimensión a las canciones. Tratamos de crear estructuras abiertas en los temas para que puedan crecer, y tener intensidades y dinámicas diferentes, silencios y lugares para que sean ocupados y que los roles de cada uno vayan rotando. Entonces cuando te encontrás con músicos que tienen un mundo interior grande como Elbi Olalla en el piano, Juliana Moreno con las flautas y Christine Brebes en violín, es inevitable que aparezcan misterios y capas nuevas que aunque uno tuviera un objetivo, siempre te sorprenden y te conmueven, y por suerte vos y la gente lo escucharon así también. Creo que es uno de los rasgos más importantes de este disco y ojalá podamos seguir por este camino. 
 
FG: El trabajo con otro tipo de sonidos / instrumento fue de una manera muy libre… casi sin pensar. Fue gente amiga que se fue sumando. Obvio nos interesó el color de los sonidos pero ellos fueron haciéndose lugar con su impronta. Fue todo de manera muy natural.

Hay muchos momentos fuertes en el disco, la dupla Las cajas y Mundo lego es bastante devastadora. Pero quería preguntarles específicamente por Mundo lego. ¿Cómo surgió? ¿Cómo se fueron ensamblando los poemas de Josefina Saffioti para crear esta canción?
JPF: Josefina es una poeta de Buenos Aires que tiene una lírica muy especial. Y además es amiga y compartimos mucha vida juntos, así que nos invitó a tocar en la presentación de su libro y preparamos una letra a partir de tres poemas de ella sobre unas mudanzas, sobre el estar viviendo con lo puesto, sintiendo la intemperie aunque en el cobijo de casas prestadas, esa forma de vivir en una orilla, de paso, es de una verdad potente por lo real, y por eso la encontrás devastadora, es inevitable que se concentren emociones límites en un poema y por eso transmiten una intensidad que hizo fácil apropiárnosla para hacer una canción. 

Por otro lado aparece Dos de nosotros que es una versión de Two of us de The Beatles y es, si se quiere, el track más liviano y una historia más distendida y juvenil. ¿Cómo llegó esta versión al disco?
FG: Empezó jugando con el riff  del tema zapándolo en los ensayos. Y de ahí bueno, y traducir la letra y después dar vuelta la armonía del estribillo. ¡Jugar!
 
JPF: Exacto. Salió jugando en la sala de ensayo tocando el tema nos gustaba y al traducir la letra apareció eso que vos decís, un espíritu juvenil, hay lecturas distintas sobre la letra de McCartney y a nosotros nos gustó ir hacia esa complicidad de dos amigos, que hablan de un nosotros común, el viaje que hacemos juntos.  

Por último, el tema Hablar de vos lleva sobre sí un gran peso emotivo para ustedes. Me parece una linda manera de hablar sobre el duelo. ¿La canción nació como parte de ese mismo proceso? ¿Cómo la viven ustedes tocándola en vivo? 
JPF: Muchos de los temas del disco los estamos recién empezando a tocar en vivo, así que las emociones son muy distintas cada vez, y las de Montevideo serán otras. Hay formas distintas de pararse a escribir una letra, uno puede ser cronista, testigo, y contás algo desde afuera, pero a veces uno está dentro del remolino y así fue escrita esta canción, con la idea de recordar a mi hermano Santiago de una manera vital, activa, con las preguntas que nos dejó su partida y que nos respondemos pensando en voz alta con hermanos y amigos, siempre terminamos hablando de él y tratamos de mostrar eso en la letra y en la estructura de la canción, que se repite y vuelve a empezar cada día, como lo recordamos.  
 
FG: Como un mantra u oración. Es pura emoción.