Kesha hizo canción su larga batalla legal contra su productor

En los comienzos de su carrera Kesha era el epítome de la chica fiestera, feliz y despreocupada, con canciones como Tik Tok y Blow. Pero por debajo de eso se escondía una relación conflictiva con su productor y presidente del sello Kemosabe, Lukas Gottwald. Conocido como Dr. Luke, el contaba con el aval de la industria gracias a una extensa lista de éxitos de Katy Perry, Britney Spears, Miley Cyrus y muchísimos más.

En 2014 Kesha denunció a Gottwald por abuso sexual y emocional, además de afirmar no tener control ninguno sobre su música. El juicio se alargó por años, y el año pasado la demanda fue desestimada en Nueva York y a raíz de eso Kesha retiró los cargos que también había presentado en Los Angeles. Esta situación legal todavía la obliga a editar tres álbumes con Kemosabe, pero desde abril de este año Gottwald ya no es más el presidente.

Esto nos lleva hasta hoy, que luego de años de silencio obligado la cantante lanzó Praying, una canción que está explícitamente dirigida a su abusador, y, según explicó en una carta a Lenny Letter (que se puede leer entera acà), es una canción que transforma su depresión y los difíciles años que pasó en arte.

Canalicé mi severa falta de esperanza y depresión, superé obstáculos y encontré una fuerza en mi misma en momentos cuando todo parecía fuera de mi alcance. Esta canción es sobre encontrar la empatía por una persona, incluso si te lastimó o te asusta. Es una canción sobre aprender a sentirse orgulloso de la persona que sos incluso en los peores momentos, cuando te sentís solo. Es sobre esperar que todos, incluso los que te lastimaron, puedan sanar.

El nuevo disco de Kesha se titulará Rainbow y, según promete la cantante, mostrará su verdadero yo, con sus vulnerabilidades e imperfecciones. "Es el arte más crudo y real que he hecho, y este es mi regalo hacia ustedes. Gracias por no perder la fe en mí", concluye en la carta dedicada a sus fans. El disco saldrá a la venta el 11 de agosto.