La experiencia del Fest Contrapedal en Brasil
Gabriel Turielle es director de Contrapedal, productora y sello independiente que desde 2005 realiza un montón de fiestas y eventos en Montevideo. En 2014 decidió salir de los confines del país y trabajar desde diferentes puntos del continente sudamericano y crear vínculos musicales. Este año, el Fest Contrapedal, festival que tuvo varias ediciones en Montevideo (quien escribe participó en la producción de tres) tuvo en julio su primera versión en San Pablo. Gabriel cuenta en primera persona la experiencia.
Cuando salí de Uruguay en 2014 había decidido que no podía echar por tierra la construcción que veníamos haciendo con Contrapedal, y el Fest era sin dudas, su más visible manifestación. Independiente de las características de otros lugares, me fui dando cuenta del valor del proyecto y que bien, podía llegar a ser replicado en otros países. Es así que luego de visitar SIM SP, con Fabiana Batistela, directora de la Agencia Cultural Inker, surgió la idea de llevarlo a Brasil. El valor diferencial que encontraron en el proyecto fue la mirada diferente hacia proyectos musicales latinoamericanos así como la transversalidad de los lenguajes involucrados.
Finalmente y gracias a una ley de patrocinio brasileña, la compañía telefónica Oi fue la que hizo posible esta realidad. La verdad es que trabajar con dinero seguro a uno le da una tranquilidad que pocas veces se tiene en nuestro país con este tipo de emprendimientos, así que la cosa fluyó bastante bien.
Al principio tuvimos un proceso de conocernos con nuestra contraparte brasileña y alinearnos, tanto en la comunicación, como en la lectura del contexto local para poder reflejarlo en la programación. Lo interesante para mí fue el cómo interpretaron mis socios la idea que teníamos del festival y cómo lograron potenciarlo. Fue muy bueno.
Conformamos un equipo mixto para la comunicación y la curaduría, mientras que la producción fue 100% local. La curaduría la realizamos tratando de contemplar la mayor cantidad de países posibles y bajo el criterio de calidad, innovación y propuesta artística. También era importante contemplar la diversidad de lenguajes e inclusión de género. Debíamos reflejar la creación actual en América Latina, de allí la consigna #LaNuevaLatinoamérica. El desafío, también era lograr una programación atractiva para el público paulistano, por cierto, bastante exigente.
En lo personal me fue importante invitar a Dani Umpi y Franny Glass ya que hemos sido compañeros de viaje por muchos años, y simbólicamente era cerrar una etapa muy buena. Además de música, tuvimos cine con directores jóvenes latinoamericanos, artes visuales, espacio infantil con arte y tecnología, feria de emprendedores, feria gastronómica y como siempre, conferencias y debates.
Otro de los aspectos interesantes del Fest Contrapedal SP fue, el cómo se sintió exactamente la misma energía que se ha vivido en las ediciones de Montevideo, en donde los artistas se conectaban entre sí y con el equipo de producción. El público percibe esa energía y lo disfruta. Realmente uno siente que se encuentra entre personas que está en la misma búsqueda y eso lo logra comunión entre artistas, público y equipo de trabajo.
Ver al Fest Contrapedal con una nueva sede (y nada menos que San Pablo), fue sin dudas emocionante y un poco surreal. En un momento en que quedé en shock cuando comencé a ver a la gente del equipo con el logo del Fest y los textos en portugués. Muy loco y muy lindo.
El festival terminó afortunadamente, de una manera exitosa. Tuvo muchas repercusiones en los medios brasileños y sentimos que queda mucho camino por delante. Creo que esta experiencia puede incluso llegar a otras ciudades y contextos. Ya comenzamos a pensar en la edición 2018, así como también estamos pensando en la mejor manera de volver a tener una edición en Montevideo para el año que viene.