“Que la leyenda la escriba un extraño”*
Carlos Sidoni**
“Je t'aime, moi non plus” de Serge Gainsbourg. Esa es la canción que en 2015 invité a cantar a la multi-artista Rosario Bléfari para un proyecto del cuál yo era productor ejecutivo. Como cada une que rememoró su anécdota personal con ella, yo tengo esta (y otras más felices) grabada en mi memoria. Salí a un estacionamiento a hablar por teléfono en medio de una reunión de producción y su voz suavecita esta vez no tenía la picardía habitual: “gracias, pero empecé unos tratamientos, nada grave, pero no voy a poder por un tiempo”. Mi madre estaba saliendo satisfactoriamente de “un tratamiento”, y sin que me diera ningún detalle, lo percibí. Pero la suspicacia está hecha de especulaciones y yo odio la timba. Le desee lo mejor, me puse a disposición e intenté no cargosearla de más.
A veces, los oficios culturales nos exponen a extraños privilegios y queda en uno crearles un significado. Son regalos extraños que no se entienden en un primer momento y hay que darles tiempo para que deshoje su sentido. Cinco años después de la conversación sobre Gainsbourg, me toca acompañar a través de whatsapp una tristeza infinita que me inunda de ternura y ansiedad. “Si pasa algo, llamame las veces necesarias hasta despertarme”, dije a las 0 hs del lunes. Abrí los ojos y tenía seis llamadas perdidas desde las 7 de la mañana. Devolví la llamada para escuchar: “ya está, sucedió”. El 6 de Julio de 2020 en Santa Rosa, La Pampa, la leyenda se empezó a escribir en manos infinitas, extrañas. Un collage de poesías, fotos, videos, sonidos y canciones comenzó a conformar un patchwork de obra virtual tan inagotable como Rosario Bléfari se encargó de sembrar en la cultura sudamericana. Lo hacía sin otro objetivo que el de crear y ahora se está amplificando minuto a minuto.
Ese legado será completado con un stock de más obras que aún no vio la luz pero tiene escrita su hoja de ruta. Ya es público que el libro “Diario del Dinero” que Editorial Mansalva no pudo editar antes por la complicación de la pandemia (y que contó con la supervisión hasta último momento de Rosario) verá pronto la luz. Y a eso se suma la divulgación de que ella llegó a grabar tres canciones para su banda fundacional -de su carrera y de un sonido y una estética para el rock regional-, Suárez. Y hay mucho más.
Si uno intenta trazar la cronología creativa de Rosario Bléfari se topa con una voracidad por el “hacer” que es bastante inigualable. Saltaba de componer discos a escribir libros, de salir de gira a actuar en películas, de ensayar obras de teatro a ejercer prácticas pedagógicas, todo con una naturalidad inigualable. Y ese todo era condimentado con una generosidad inusual y un nunca decir que no. Con los días se sobrecargan los time-line con recuerdos de participaciones desinteresadas, invitaciones a lecturas para pocos, consejos dados en el momento exacto y la lista continúa creciendo. Siempre con su sabiduría de lo pequeño que agrandaba su compañía. Y su sonrisa. La misma que parecía darle un efecto para la voz cuando cantaba, sea a la velocidad del post punk o en la sensibilidad low-fi.
Esa voz única y siempre joven quedó plasmada en 4 discos, 1 EP y un box set de Suárez; 7 discos como solista y 1 a dúo con Dani Umpi; 1 disco y 1 EP con el “supergrupo” de indie argentino Sue Mon Mont (ella y miembros de El Mató a un Policía Motorizado, Los Reyes del Falsete y Bosques) y 1 disco con el proyecto conceptual-musical Los Mundos Posibles (dúo con Julián Perla producido por Javier Diz, que en vivo se convirtió en su segundo supergrupo con miembros de Jaime Sin Tierra, Mi Pequeña Muerte y La Perla Irregular). La lista de películas supera las 15, los libros son 6, escribió 2 obras de teatro y participó de otras tantas más. Y como ya dije: queda más por venir.
Hoy, la autopista porteña que suena a través de mi ventana vuelve a estar sobrecargada y me despierta sobresaltado. Entre las portadas de mis libros apilados en la mesa de luz asoma una mano. Está apenas arqueada, elevada y con la piel rugosa del trabajo artesanal. Despejo a Pasolini y a Nachón y emerge el cuerpo desnudo de Rosario, fotografiada por Nora Lezano para el poemario en prosa “Antes del río”. Leo al azar: “Vamos sintiendo la desaceleración. Aprovechemos para iniciar la corrida, para intensificar el pedaleo, el movimiento ahora depende de nosotros”. De fondo suenan la melodía que una vez pensé para su voz: “como la ola irresoluta, yo voy y vengo”.
*frase de “Costa Brava”, canción de su último disco “Sector Apagado” de 2019.
** Gestor cultural y comunicador argentino, manager de artistas como Mi Amigo Invencible, Lucy Patané, entre otres, y director de Estudio INGA