Los varios hitos del Montevideo Hip Hop

Fotos: Ariel Ugolino

Fotos: Ariel Ugolino

Kristel Latecki


Son pocas las veces que uno va a un festival sintiendo que está pasando algo importante. Algo que va a ser un antes y un después, que va a ser un gran mojón en un camino que seguirá ampliándose. Eso fue lo que pasó en Montevideo Hip Hop el sábado pasado.

Luego de un excelente desempeño dentro del Montevideo Rock, el género se ganó su propio festival y dejó demostrado lo que ya se sabía: que está el talento, está la gente y está el apoyo.

El éxito rotundo de convocatoria, producción y demases son temas de los que ya se hablaron y seguirán dando que hablar durante el resto del año, pero lo que me gustaría destacar son pequeñas viñetas del festival, pequeños grandes momentos e hitos seguros en las carreras de todos, que confirmaron esa sensación de importancia que se sintió una vez que se anunció el festival y se entró al Teatro de Verano.

El momento en que Sáez 93 salió al escenario, levantó inmediatamente a la gente y demostró ser un excelente performer, uno que puso fuerte emotividad y garra a cada una de sus barras. O cuando Valencia de Se Armó Kokoa desgarró absolutamente todo interpretando Mirada Consciente emocionando (en mi caso hasta las lágrimas) a todo el Teatro. O cuando Arquero le prestó el micrófono al público, que le devolvió un arrollador “vinito y guiso, sonido a Gibson”. O cuando Eli Almic ofrece casi back-to-back dos himnos feministas: Ayuda (canción que recibió el primer puesto en el Premio Nacional de Música) y Brujas. O el cenit del baile con Los Buenos Modales y su ya archipopular agite rapero, con cada verso coreado al unísono.

También el momento de perspectiva de Latejapride* que la vienen viviendo toda desde hace tiempo y su reflexión: “Hace 5 años esto era impensado”.  La siempre incendiaria presentación de AFC que suman leña a la hoguera cada vez que invitan a MAC Team al escenario. La unión de todas las áreas del hip hop, especialmente en Por el funk de Dostrescinco. Y los sentidos homenajes a Plef de Kung-Fú Ombijam y Santi Mostaffá, mientras en los alrededores del escenario se pintaban graffitis.

Cada uno de estos y más sumaron para hacer de esta una gran celebración, un excelente festival y un enorme acontecimiento en la historia local del género.


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