La salida al mundo de Niña Lobo
Kristel Latecki
Niña Lobo apareció e instantáneamente se transformó en la banda debut del año. Tal vez hable de la absoluta necesidad de una banda de rock compuesta por chicas, que dijera cosas que todas sentimos, pensamos y decimos. Tal vez por su estilo, arraigado en el indie pop con influencias tanto del norte como latinoamericanas, de Alvvays a Las Ligas Menores. O su manera coloquial de decir las cosas -simple, salpimentada de humor-, las extremadamente dulces y pegadizas melodías y la forma en que ambas se contradicen o contrastan entre sí.
Lo cierto es que las cinco: Camila Rodríguez en guitarra y voz, Camila Bustillo en guitarra y coros, Andrea Peréz en teclados y coros, Isabel Palomeque en bajo y Julia Guerriero en batería, dieron en el clavo con su primer EP. Su “carta de presentación” como lo definieron. Tres canciones justas y que en una moderadísima dosis ofrecieron viñetas sentimentales y por supuesto dejaron ganas de más. Por eso llegó con celeridad su segundo trabajo: Migrar, su “salida al mundo”; uno que amplía y profundiza lo que la banda es y lo que quiere ofrecer: canciones pop para sentise identificado. Para gritar y bailar.
Niña Lobo comenzó de una manera muy uruguaya: un amigo poniendo a las dos Camilas en contacto después que ambas por su lado le contaran de sus ganas de tener una banda. Para completar la uruguayez, ese amigo -Ignazio Azerenza- también lo tenemos en común, y fue él el que también me recomendó (e insistió) que las escuchara.
Con las Camilas entonces charlamos sobre los comienzos, los desafíos que se han encontrado (personales y exteriores), y la necesidad de ponerle humor e ironía a los tiempos machistas que corren.
¿Cómo fue esa primera conversación entre ustedes? ¿Cómo se rompió el hielo?
Camila Bustillo: Tengo la conversación todavía. Camila mandó: “Hola, ¿cómo estás? Soy amiga de Nacho. Me pasó tu numero porque me comentó que estás con ganas de tocar. Yo también”, y un emoji de masaje de cabeza. ¿Por qué ese emoji? Mientras no fuera la berenjena todo bien (risas).
Literalmente las dos al mismo tiempo hablamos con Nacho. Creo que habíamos llegado a puntos límites en nuestras vidas donde precisábamos armar algo nuevo. En este caso sería una banda. Y Nacho fue el nexo salvador.
¿Venían de frustraciones musicales? ¿De querer tocar y no congeniar?
CB: Tuve una banda hace más o menos cinco años. Fue re frustrado el proyecto, estuvimos un año tocando en sótanos y nunca salimos. Había dejado la idea de la banda de lado, pero siempre me dedicaba a hacer música en otros ámbitos; me puse a hacer música para videojuegos. Y el año pasado terminó la relación y precisaba hacer algo. Ya me había graduado de mi carrera, soy médica, me consumió la vida por pila de años. Y era ahora o nunca. Nacho era mi nexo musical. “¡Conseguime a alguien por favor!”, le dije y justo cayó con Camila.
¿Cómo fue esa primera juntada?
Camila Rodríguez: Awkward (risas). Ya en esa primera juntada grabamos un tema.
CB: Para sacar la incomodidad de la habitación le pedí que me mostrara los temas que tenía.
CR: Nuestro proceso fue primero formar un vínculo más musical, más profesional o laboral, y después nos empezamos a conocer cuando se sumaron las pibas.
CB: Aparece Julia, que la primera vez que te conoce, te abraza y te pregunta cómo es tu vida, cómo estás. Y yo no había hablado nada de la vida con Camila, solo hablábamos de música. Ahí se empezó a formar más en vínculo.
CR: Fue todo así con la banda. Estuvimos un par de meses ensayando y después se sumó Chane, la tecladista, en verano y ella fue la pieza que faltaba para realmente formar un grupo de amigas.
Usualmente las bandas son primero amigos y después bandas. Acá tuvieron que hacer el camino inverso.
CR: Es todo un aprendizaje. Yo por ejemplo había subestimado mucho la parte profesional de la banda. Yo pensaba que era más un “me junto a ensayar con amigas”, y no. Es un vínculo que junta las dos cosas. Eso lo fuimos aprendiendo con la experiencia, porque no la teníamos. No teníamos una banda con objetivos concretos, más profesional y no tan hobbie.
CB: Por suerte pegamos re bien. Cada una tiene su personalidad y creo que eso se nota. Es algo que nos han dicho: que venimos de diferentes lados pero hay una buena sinergia.
¿Por eso jodieron con que son como las Spice Girls?
CB: Eso fue un chiste interno.
CR: Es gracioso, porque jodíamos con eso, viendo qué Spice era cada una. Pero en realidad es re irónico. Nosotras mismas tratamos de burlarnos de eso, de ser una banda de chicas. Entonces cada una tiene que tener una personalidad re estereotipada y perfecta.
Julia venía de bandas punk por ejemplo, ¿de donde venían musicalmente el resto de las chicas?
CR: A Chane la fuimos transformando. Estuvo en una banda de metal, y tuvo una de rock progresivo súper oscuro. Ella era muy fan de los Buenos, Nick Cave, de esa cosa visceral y oscura. Y en los últimos años fue escuchando cosas más indies, y se le abrió el espectro de música. Isa estudia música clásica.
CB: Isa es muy fanática de bandas nacionales y de indie. Julia sí viene del punk. Y yo vengo del emo noventero. Mi banda era medio Paramore, pero después empecé a descubrir bandas como American Football, grupos emo de los 90 que tienen una manera característica de tocar la guitarra que me enamoró pila. Eso es lo que a mí me gustaría aportar a Niña Lobo. No me sale mucho porque la técnica va hasta ahí.
CR: Yo siempre le digo a Cami y le da cosa, pero lo que tiene es un estilo propio y es de las cosas más difíciles de lograr.
CB: Claro, es fácil conceptualmente agarrar una escala y tocarla como pedo, es práctica. Y es algo que me he dado cuenta y me lo ha dicho gente últimamente: es más complicado idear un punteo que sea técnicamente fácil pero que transmita algo. Eso es lo que me gusta hacer a mí.
¿Cuáles fueron esos primeros objetivos que se pusieron una vez formada la banda?
CR: El primero fue grabar. Si queríamos tocar en lugares teníamos que tener algo para mandar. El EP lo pensamos primero como demos y cuando nos metimos a grabar lo terminamos pensando como algo que nos represente. Elegimos tres temas que nos representaran en nuestras diferentes facetas, por eso son bastante distintos. Lo pensamos como una carta de presentación.
CB: En realidad había más temas para elegir, porque Camila es una máquina de escupir temas. Pero preferimos hacer estas tres y hacerlas bien. Presentarlas sonoramente bien, estéticamente bien. A mí lo que más me interesaba de este EP es que, tal vez no te guste el estilo de música que hacemos, pero que lo escuches y te dieras cuenta que tiene un pienso atrás. Y creo que lo logramos. Por suerte tuvo muy buena recepción y la gente empezó a pedir más. No pensábamos que nos íbamos a quedar tan cortas, y cuando planificamos el resto del año teníamos dos opciones: meter toques y toques o grabar material nuevo. Pero tuvimos que sacar más. Yo lo que siento que este nuevo EP realmente es la prueba de fuego. “Bueno, sacaste una cosa. Era buena. ¿Suerte de principiante?”.
CR: Ese es el viaje. Tampoco es que vamos al estudio y pensamos: “esto tiene que ser increíble”, ni en pedo. Pero realmente, cuando grabamos el primer EP nunca habíamos tocado en vivo, no teníamos expectativas de nada. Capaz que lo escuchaban tres personas y no le gustaba a nadie. Yo tuve viajes con eso, pero siempre tengo. Tengo crisis existenciales. Pero la diferencia es que ahora nos escribe gente queriendo escuchar lo nuevo, entonces por más de que no tengas expectativas al menos querés cumplir las de la gente. Que se copen, les guste y se identifiquen. Sí, sentimos que este EP tiene ese plus. Si el primero fue la carta de presentación, este asegura que lo que nos pasó no fue casualidad.
Todo explotó muy rápido, es muy zarpado esto.
CB: No me doy cuenta porque nunca estuve en una banda que sacara cosas y tocara en escenarios. Pero Julia que sí estuvo en una banda durante seis años nos dice: “esto no pasa”. Esto claramente no pasa. Y ha sido exponencial, es una locura. ¡Por suerte! Y por suerte nos tenemos entre todas para bancar eso. Porque esto lleva mucho laburo, se ha transformado en un segundo trabajo. Si no fuera entre todas no sé si alguna bancaría la toma sola.
CR: También está lo emocional. Yo por ejemplo no tenía experiencia en vivo, más que dos o tres veces. Y tocamos en la Balzo en el Festival Núcleo Distante y era la cuarta o quinta vez que tocábamos. Tocar ahí que se suena todo y la carga que tiene para nosotras estar en esa grilla, emocionalmente fue un peso. Pero a la vez, como nos tenemos entre nosotras estamos todas en el mismo viaje.
CB: Estoy súper sugestionada porque esta es mi banda y no la puedo ver de forma objetiva, pero sí trato de ir para atrás a cuando Camila me mostraba cosas de la nada, y yo decía: “pah, esto me gusta pila y a mí la música en español no me gusta, ¡¿qué está pasando?!".
Camila, ¿cómo fue ese proceso de encontrarte como compositora?
CR: Siempre escribí de chica, tengo canciones que escribí cuando tenía 10 años. Estuve mucho tiempo buscando, porque la música en español que escuchaba que era sobre todo uruguaya, era Jaime Roos, Mateo, Gustavo Pena. Artistas súper uruguayos que con su forma de hablar no me sentía identificada; era otro lenguaje. Entonces me frustraba mucho, porque no podía encontrar cómo empezar, dónde sentirme identificada. Estuve tiempo así escribiendo letras que las terminaba y no sabía qué estaba diciendo ni qué quería decir. Me sentía como si las escribieran otras personas. Y cuando empecé a escuchar a Franny Glass y vi que escribía de manera literal, me propuse por primera vez escribir una letra hablada. Ahí empecé a encontrar el estilo. Empecé a escuchar a bandas argentinas de indie como El Mató y Las Ligas Menores, y me empecé a encontrar mucho más. Pero fue un proceso de cuatro años. Después me pasé para el otro lado y me daban vergüenza las letras. Recién ahora estoy valorando mi estilo. Y hay gente que le va a gustar y gente que no.
CB: Está de más ser literal. Para mí requiere pila de valor, no te podés esconder atrás de nada.
En lo que refiere al pop, una letra así es más ganchera. Porque la escuchás y se te pega más fácilmente o la aprendés más rápido.
CR: A mí me pasa con la música que escucho, que conecto más con la literalidad. Me cuesta conectar con la cosa abstracta. No sé por qué mi sensibilidad no pega con eso.
CB: Lo que tiene la ambigüedad es que podés abarcar más gente. Tu demográfica en vez de ser de 15 a 20 puede ser de 15 a 60.
CR: Eso también nos han dicho: que tenemos una cosa medio adolescente.
Eso lo entiendo desde una perspectiva medio nostálgica, de un adulto que ya pasó por eso. No es que se trate de historias adolecentes, pero es la forma en que se presentan que es más ingenua tal vez.
CR: Sí total. Creo que hay un montón de cosas que digo ahora que en realidad vienen de mi yo adolescente, pero que no me animaba a decirlas. Un montón de cosas que callaba sobre vínculos o en relaciones. Cosas que antes no decía o no conocía de yo, cosas así. Y en ese sentido, tratar de darle lugar a todo: a la tristeza, a la alegría, a la frustración, al “me equivoque, hice cualquiera”.
¿En ese muestreo que es el primer EP están todas esas emociones metidas en las canciones?
CR: Creo que sí.
CB: No sé si hay un tema feliz feliz. La Niña Lobo no es una máquina de felicidad.
CR: Es verdad. En el EP sacamos ahora hay un tema de amor, que fue el primer tema que escribí que no estoy enojada conmigo, ni con otra persona. Es difícil escribir de cuando estás bien, es más fácil escribir de la frustración. No sé si más fácil, pero si lo usás como canal, como una salida de emociones, generalmente termina siendo para sacarse la frustración.
Quiero que me cuenten sobre Balada, que es la canción que es muy identificable a nivel de frustraciones románticas. ¿Cómo surgió esa canción?
CR: Esa canción justamente habla de la contradicción que podés tener con alguien. Me encanta que estés acá, pero al mismo tiempo no tengo ganas. Cuando vos no estás bien es imposible que tengas un vínculo sano y coherente con otra persona. Quiero, pero no, pero sí; me pasa esto y lo otro. Fue eso, estaba pensando mucho ese vínculo y ser la contradicción. No poder estar bien con una persona porque vos no estás bien, no entendés que querés.
CB: Eso trasciende la adolescencia.
Linkeando con Decís que no, esa canción tiene letras ideales para el estado de MSN y también va por el camino de la ruptura.
CR: Si Balada se trataba de yo siendo contradictoria con alguien, Decís que no se trata de lo otro. Ya sé que me hiciste mal, vos también lo sabes, mejor me voy. Darse cuenta de sus propias cosas.
CB: Es tan literal que las reseñas que hemos tenido ya le sacan la ficha. También con el video del MSN la dejamos ahí.
El video me dio fuertes flashbacks del pasado.
CB: Me alegro, fue para eso. Nos dio flashbacks a todos, la re piramos. Buscamos emuladores de Messenger y podías elegir las versiones más viejas incluso. Nosotros fuimos con la de XP porque era la más compatible con el sistema de ahora, y era la versión con la que todos se iban a identificar.
Los zumbidos, los caracteres, los nombres. Era muy emo todo.
CB: Es reírnos de nosotras mismas, y lo hacemos en todo. Eso está bueno, creo que es parte. Hay gente que nos ha dicho que les gusta nuestro Instagram porque se siente muy genuino. Al mismo tiempo, tenemos un producto re pulido y una estética hecha, y no perdemos la esencia de lo que somos. Entre publicaciones todas del mismo color está otra de las Spice Girls con nuestra cara. Ya está, nos chupa un huevo. Nos re gusta burlarnos de nosotras mismas, y el MSN era medio eso. Porque todos fuimos esa persona mandando 80.000 zumbidos a las tres de la mañana a alguien que no te da bola.
Ya lo han mencionado, pero ¿consideran que la estética es algo importante de cuidar? Sobre todo con los artes de los EP que tienen una continuación.
CR: Sí, desde un principio nos lo tomamos como algo igual de importante a todo el resto. Sabíamos que queríamos encontrar una persona con la que nos sintamos conectadas estéticamente, después le dimos todo un trasfondo narrativo al arte a la Niña Lobo, también para saber hacia dónde nos va llevando las situaciones a las que se presenta.
CB: Cami y Chane son personas muy estéticas y yo soy una persona que le interesa que salga un buen producto. Sí, pensamos pila en eso.
CR: Con el nuevo EP ahora se une la historia de la Niña Lobo con nuestro propio proceso. Si bien directamente pero sí conceptualmente.
CB: Es una metáfora de nosotras saliendo al mundo. El EP es muy temático y es algo que nos re copa. Las influencias que tomamos son de discos bastante temáticos, como el de Frank Ocean que tiene intervalos entre canciones. Sentís que tiene un principio y un final, y eso me encanta. Pero también está bueno que puedas escuchar los temas individualmente.
Hace unas semanas estuvieron en el Encuentro de Arte y Juventud en Paysandú, donde después del show dieron un pequeño discurso donde hablaron sobre la necesidad de visibilizar a las compañeras y generar espacios culturales que reciban a mujeres y disidencias. ¿Qué las motivó a hablarle al público?
CR: Fue un poco de todo. Nos pasó que tuvimos una semana en la que muchas entrevistas nos preguntaban por que éramos todas chicas. Entendemos la curiosidad, pero a la vez teníamos que estar explicando por qué y cómo funciona, como si fuera la parte más importante de nuestra banda.
CB: Se arrancaba la entrevista con eso, y me parece que es algo que vamos a tener que pasar. Porque obviamente esto va a seguir durante nuestra vida útil como banda, no hay otra vuelta. Pero es la primera vez que nos veíamos enfrentadas a eso, de tantas entrevistas seguidas y tantas hicieran alusión a eso. Y llega un punto que decís “ta, ¡yo también hago música!”.
CR: Cuando hablamos al final del toque no queríamos que fuese algo desde el enojo. Reconocemos que es parte de nuestra identidad, porque somos cinco mujeres y eso obviamente va a influir en todo, en la música que hacemos, en el vínculo que tenemos entre nosotras. Pero lo que no queremos es que eso se use como una forma de encasillarnos, de colocarnos en el mercado con "banda de chicas".
No es un género musical "banda de chicas".
CR: Claro. El otro día hablaba con Chane y me decía que a Buenos Muchachos también los identifica ser varones, porque viene de su pasado, de su experiencia, de cómo viven el mundo, de su lugar en la sociedad, de todo lo que quieras. Pero nadie les pregunta "¿cómo influye el hecho de que sean varones en los Buenos Muchachos?".
CB: O "siento algo muy masculino en tus letras".
CR: Cuando lo invertís te choca. Veníamos entonces de una seguidilla y por alguna razón ese día estábamos cargadas y quisimos hablar del tema. Juli tiene mucho talento en ser concreta en lo que dice, y quisimos hablar desde lo positivo. Se están cambiando cosas en el ambiente, hay gente que está luchando activamente, como el colectivo Mas Músicas. Queríamos dejarlo por lo positivo por un lado, pero por el otro teníamos la necesidad de evidenciar lo que nos estaba pasando también para intentar que la cosa cambie. Sentí que nos escucharon.
CB: Hubo una gurisa de Paysandú que nos preguntó sobre Más Músicas. Bajamos del escenario y unas gurisas nos pidieron para sacar una foto. Era la primera vez que nos escucharon y las re inspiramos. Otra nos escribió en Instagram después de habernos buscado días como "chica lobo". También es asumir ese rol como algo positivo. No de esta forma que me querés encasillar, pero sí de esta forma para que alguien agarre un instrumento y sepa que puede. Una cosa que discutimos es que al menos cuatro de cinco de nosotras había tenido problemas a la hora de tocar un instrumento. De hacerlo en serio. Yo siento que no soy lo suficientemente buena técnicamente en guitarra porque no tuve el tiempo ni la dedicación para meterle. No tenía a alguien que me estuviera atrás para que le metiera. No, al revés, tenía un montón de responsabilidades y que tenía que encarar la vida de otra forma, que tenía que recibirme. Y no pude meterle todo lo que quisiera, no era una fisurada que se sabía las escalas. Me parece que a Julia también, para los padres estaba todo bien con "la bandita", pero la mandaban a estudiar. Y la gurisa quería tocar la batería. Eso: empezar a tomarlo más en serio. Y si sos una piba que le gusta tocar la guitarra y hacer temas, tómatelo en serio. Andá, encará. Y hay gente que lo hace. Esto no es un negocio de varones. Siento que con ellos se es más permisivo. Las mujeres tienen muchas responsabilidades y mucha necesidad de sentir que tiene que encarar en la vida real.
CR: Está salado también cómo a pesar de que quieras deconstruir eso, a vos también te quedan residuos. A mí al menos me pasa eso de tener que demostrar que sos buena para que no te juzguen por ser mujer. Tenés esa presión. Me pasó el otro día cuando tocamos con Martín Rivero. Yo estoy recién empezando a armar mi equipo de guitarra, mis pedales y todo, y fui al toque y no tenía mi pedalera ya armada. Terminé tocando con mis pedales pegados en un cartón. Y le digo a Chane: “boluda, ¿vos podés creer que me da vergüenza decir que no tengo pedalera, porque ya sé que por más de lo que estén ahí fueran re buena onda había una chance que pensaran que no tenía porque soy una piba que no sabe nada de guitarra?”. Por más que la gente no pensara eso, pensás que tenés que demostrar por ser mujer.
No se te da el lugar al aprendizaje, a que no puedas saber porque estás empezando a tocar. Si no sabés es porque sos mina, no porque recién empezaste.
CB: Claro, como cuando te dicen “ah, ¿te gusta esta banda? Decime los tres temas que sacó hace mil años y que están en un sótano perdidos”. Si no, no sabés de música.
CR: Y la música que sacás tiene que ser súper, porque sino estás acá porque sos piba.
CB: Leí en un libro que ser mujer es estar en una carrera de natación y nadar contra la corriente. Es el doble o triple de esfuerzo para estar al mismo nivel. Y el hombre no se da cuenta.
CR: Nosotras queremos demostrar que no es lo que nos preguntan en las entrevistas tocando. Pero llegó a un punto que era tanto tanto, que nos dimos cuenta que por ahí no íbamos a cambiar nada. Quisimos hacer algo público porque no queremos ser catalogadas como una banda de chicas. No somos las Spice. No somos una girlband, que es otro producto.
CB: Creo que la gente no termina de entender que cuando nos comparamos con las Spice es una joda, es algo irónico. No es que seamos una girlband, es que la gente está empeñada en ponernos en ese lugar. Entonces bueno, dale. ¿Sabés qué? Yo soy la Sporty y nos reímos. Porque sino llorás.
Niña Lobo se presenta hoy en Bluzz Live junto a 107 Faunos y Las Ligas Menores en el marco del Festival Animal. Más información sobre el show aquí.