Luciano Supervielle une sus episodios creativos con un show único
Kristel Latecki
En estos últimos años Luciano Supervielle ha aparecido en diferentes lugares: en lo nuevo de Bajofondo; junto al Ballet del Sodre; en nuestros teléfonos haciendo streamings; en colaboraciones con muchísimos artistas; y en películas. Ese último costado de su creación es la que celebra en Épisode, un disco que compila las bandas sonoras que el músico ha creado desde 2007 en adelante. Piezas que unidas entre sí y junto al resto de su discografía completan su línea de tiempo creativa completa. Y que muestran juntas las inquietudes, las exploraciones y la identidad sonora de un músico que no para.
“Me parecía que estaba bueno editar un disco de mis bandas sonoras justamente por eso”, cuenta Supervielle. “Porque es música que para mí es importante y que marca procesos de crecimiento como artista. Y que capaz que pasó desapercibida”.
Este jueves 2 y viernes 3 en la Sala Hugo Balzo y con entradas agotadas presentará este nuevo álbum en un formato que promete único: junto a invitados como Luis Angelero, las composiciones estarán acompañadas de visuales de las películas y de su colaborador de larga data, Agustín Ferrando. Pero también el músico contará parte de sus procesos creativos, tema del que también hablamos a continuación.
¿Cómo empezás a trabajar una música para una película? ¿Cuál es el proceso?
Cada proyecto ha sido un proceso diferente, porque hacer música para películas implica trabajar de manera colectiva. Y cada director tiene su proceso, sus maneras. Por ponerte un ejemplo, cuando empezamos a trabajar la música de El Baño del Papa con Gabriel Casacuberta, la película ya estaba terminada y editada. Fue un acercamiento muy diferente, por ejemplo, a Artigas: La Redota, en la que empecé a trabajar sobre un guión que ni siquiera estaba terminado. Entonces me dio muchísima más libertad creativa de proponer.
Pero si tuviera que definir más o menos de qué se trata, es como un trabajo de construcción. En todos los proyectos trato de hacer un primer acercamiento personal sin contaminación de opiniones de nadie, tratar de entenderlo yo mismo. Y después empezar a compartir con el director o directora y empezar a ir avanzando en el proceso de comprensión de lo que se quiere decir, de cómo se dice, cuáles son los lugares que hay lugar para la música, qué protagonismo tiene que tener en cada lugar, y cuáles son los que no tiene que haber música. Va decantando.
Me parece que lo mágico de hacer música para cine es eso: entender la escena y encontrar qué es lo que mejor funciona. No existe nunca una solución, hay muchísimas maneras de abordarlo. De hecho me ha pasado más de una vez de componer más de una música para una escena y después tener que optar. Y también me ha pasado de hacer algo y que se opte por no haya música. Nunca mejor dicho que el silencio es súper elocuente en las películas. Porque además, muchas veces el silencio desde el punto de vista musical es lo que hace que cuando aparezca la música le dé muchísimo más protagonismo.
Al unir todas estas composiciones para proyectos que fueron súper diferentes entre sí, se siente un hilo conductor, por así decirlo, que es tu estética musical. Pero aislando película a película cada una tiene su particularidad. ¿Qué sentís que le aportaste a cada uno de esos proyectos?
Efectivamente yo creo que viendo en balance estos trabajos hay cosas que tienen que ver con un estilo propio y por eso le puse Épisode al disco. Porque lo que se conoce de mi música son los discos míos, los de Bajofondo o los de Drexler y trabajos que he hecho, pero en realidad son recortes de un proceso creativo mucho más amplio. Varias de estas bandas sonoras las hice en paralelo a esos discos, entonces muchas veces dentro de esa experimentación capaz que hay cosas que las llevo a los discos y viceversa. Entonces, podés encontrar cosas en este disco que tienen que ver con músicas de otros. Por ponerte un ejemplo, hay una pieza de una banda sonora de 12 Horas 2 Minutos que tiene un teclado y un tratamiento sonoro que es una idea que después utilice en el último disco de Bajofondo, en Absente. Si las escuchás juntas las ves.
Me llama la atención la foto del arte, si bien es un proyecto que no es de disco de música nueva, es una foto tuya de niño. ¿Por qué la elegiste?
Bueno justamente cada una de estas bandas sonoras son episodios muy marcados de mi vida a nivel creativo y a nivel personal. Entonces me parecía interesante mostrar un episodio de mi vida. Buscamos distintas fotos y apareció esa que transmite emoción y tiene esa cosa medio cinematográfica. La foto la sacó mi madre y aparecen atrás mi padre y mi hermana. Y la idea fue de las diseñadoras Ana Agorio y Guillermina Oten.
¿Estos episodios creativos en general cómo comienzan?¿Cómo se te dispara la creatividad?
Por lo general no es algo que sea de 0 a 100. Muchas veces lo que me pasa es que voy armando un poco, de a poco delimitando el marco de trabajo. Ese marco a veces está determinado por algunos conceptos que quiero que estén ahí metidos y a medida que empiezo a realizar algunas cosas se va haciendo más nítido ese borde. A veces es simplemente generarme bancos de sonidos. Por ejemplo en 12 Horas 2 Minutos, que es sobre la temática de trasplante de órganos, agarré un montón de samples de cosas de quirófano, respiraciones, y eso de a poco me genera elementos que marcan hacia dónde quiero ir. A medida que empiezo a ver las escenas y a trabajar llega un momento que digo “bien, encontré lo que quiero decir”. Es un trabajo de acercamiento, nunca empiezo a componer algo ya sabiendo hacia dónde voy a llegar, nunca. Ni cuando hago discos. Siempre hay un laburo de construcción que se va alimentando del propio trabajo.
En la pandemia, que fue especialmente una época complicada, ¿sentiste tu creatividad mermada o la dejaste descansar un poco?
Fue larga la pandemia y dentro de ese periodo hubo distintos estados. Hubo estados de bloqueo 100% y hubo dos proyectos en particular que te diría que reactivaron la creatividad. Uno fue la música para el ballet La Tregua, que estuve a punto de renunciar más de una vez por mi capacidad personal de salir adelante. Ahí tuve la suerte de contar con Marina Sánchez (coreógrafa del Ballet) para que me banque la cabeza, y finalmente me metió la presión justa para hacerme avanzar. Estuvo buenísimo, total agradecimiento. Y otro proyecto que fue fundamental para mí fue para la reactivación fue mi laburo con Pedro Dalton. Pedro fue un colega, un psicólogo, un compañero de vida en ese momento muy importante. Curiosamente todo ese trabajo que hemos hecho lo hemos tocado en vivo pero no lo editamos todavía, tenemos un disco ya terminado. Y después hubo momentos. En la pandemia compuse algunos temas para Bajofondo, hice los streamings. Por momentos aparecían ideas, pero fue muy de altibajos.
¿Te dejaste en paz o sos de presionarte?
No, me dejé un poco en paz. Digamos que soy muy exigente cuando agarro un proyecto, de dejarlo todo y hacer todo lo que puedo. Quizás en lo que me dejé un poco en paz es en no tratar de abarcar tanto como en otra época. Sostener también tiempo de mirar. Entonces, si bien ahora estoy haciendo varias cosas paralelamente, capaz que no tengo el mismo nivel que tenía hace un tiempo, a propósito. Por un tiempo, después veremos.
Las colaboraciones han sido fundamentales a lo largo de tu carrera, y de hecho también en estos últimos años salieron un montón de canciones con otros artistas: Luis Angelero, Papina De Palma, Diego González, Juan Casanova, AFC, Santi Mostaffa y el ya mencionado Pedro Dalton. ¿Cómo definirías ese trabajo para vos y qué significa colaborar con artistas tan distintos?
Para mí hay una cosa re linda que ha pasado un poco a causa de todas las situaciones dramáticas que me han tocado vivir, que falleció la mamá de mis hijos, la pandemia... Todo eso me ha hecho obviamente cortar con mi principal actividad laboral de los últimos 20 años, que ha sido viajar. Aunque estoy viajando un poquito ahora. Esto me ha obligado conscientemente a participar mucho más de la escena local. Es una cosa que si bien hacía antes, lo hacía mucho en menor grado. Y ahora que estoy acá quiero participar, quiero interactuar con otros artistas porque es una manera de sentir que participo de la escena. De sentir que hago un aporte. Tengo 45 años, no soy un veterano... bueno en cierto punto soy un veterano, entonces también me gusta sentir que parte de toda esa experiencia la puedo devolver un poco a los artistas jóvenes. Y también trabajando con artistas más veteranos. Todo me suma. Aprendo con los más grandes y los más chicos. Y ellos aprenden de mí también, es un diálogo.
¿Qué podés decir que has aprendido de estas nuevas camadas?
Muchísimo. Hay un montón de cosas que me parecen súper estimulantes artísticamente hablando. El otro día me junté con Guitarbaby. Fui para ver cómo trabaja, tratar de no imponer nada. Yo tengo millones de herramientas, mil maneras de trabajar y estuvo buenísimo porque me topé con una manera nueva. Mismo con Santi Mostaffa, que me mandó un tema y me dijo que vaya al estudio para trabajar con su productor. También grabé hace poco con Vivi Brión. Son un montón de colaboraciones que son experiencias creativas diferentes que van sumando pila. Es sacarme de mi lugar de confort, toparme con cosas que me generan desafíos.
Durante la pandemia sacaste la canción Soltar tu Mano, que no solo significa un montón para vos, sino que también es el primer tema con letras que hiciste. ¿Te interesaria seguir explorando por el campo de la canción, ese otro desafío?
Me gustaría. No es fácil para mí, me cuesta cantar. Esa canción en particular me es difícil cantarla, cada vez que lo hago me da vergüenza porque desafino horrible. Mis amigos me dicen que no importa, pero por eso son amigos. Pero sí, me gusta. Me parece que hay un lenguaje que conecta. Para mí fue muy sorprendente también la recepción que tuvo. Yo siempre fui muy recatado en relación con mi vida privada, en las redes y mismo en las entrevistas traté de ceñirme a lo profesional, pero ahí la experiencia que yo viví conectó mucho con mucha gente y lo acepté. Y para mí fue también una parte del proceso de duelo. Durante meses estaba en una cápsula de la que no podía salir. Cuando empecé a hablar de eso me sirvió para sacarlo y dejarlo un poco atrás. Esta canción es re importante para ese proceso de duelo, y todavía estoy en eso.
Y sí, me gustaría seguir explorando, no es fácil pero bueno, justamente por eso también me interesa hacerlo.