Once Tiros y el disco más puro de su carrera

Kristel Latecki

 

A Pablo Silvera y Bruno Andreu de Once Tiros no les gusta comentar y mucho menos alardear de las siete nominaciones que recibieron para los Premios Graffiti. El número ya de por sí anodada y no es para menos. Junto a Luciano Supervielle son los más nominados en esta edición, y aparecen en todas las categorías importantes: Mejor álbum de rock y blues, Mejor dúo o grupo, Mejor video clip (que ya fue entregado a Socio), Productor, Compositor, Tema y Álbum del año. De más está decir que está siendo un buen año para Once Tiros. 

Sin embargo, en el medio de los preparativos para los numerosos shows que tienen planeados para los próximos meses, la banda tuvo que realizar una reformulación obligada: el guitarrista de toda la vida, Santiago Bolognini decidió abandonar al grupo. “Decidió dar un paso al costado porque entendía que estaba en un momento en el que necesitaba tiempo”, cuenta Bruno. “Santi fue papá hace poco, sintió que necesitaba tiempo para él, para sus cosas y su familia, y también para pensar en otra música, cosa que nos pareció en realidad natural. Somos muy amigos, más de la mitad de nuestras vidas hicimos esto y todos juntos”. “Y está buenísimo desde su lado tener la honestidad de decir ‘me voy, no voy a estar trancando las bolas’”, agrega Pablo.

En su lugar quedó Leo Coppola, guitarrista de la banda Pasados de Rosca, que tocaba en vivo junto a la banda desde hace siete años. “Es un hermano también. Es como si tocara de toda la vida. Por eso no sacudió la estantería en ese sentido. Sí me tuve que juntar con el para aprender cosas, ponerse a laburar un poco”, dice Bruno. 

Antes de pisar el escenario del Auditorio del Sodre, Pablo y Bruno hablan de su nominado disco y las canciones más destacadas, así como también de su fanatismo por el hip hop y el rock alternativo de los 90.

 

Ya han dicho en varias entrevistas que Bunker es un disco más rockero que trabajos anteriores. ¿Cómo llegaron a ese sonido?
Bruno: Se intentó hacer claramente un disco más pesadito, por decirlo así, pero tampoco es un disco solo de rock. Si escuchás el disco tiene algún pop, una baladita, y sigue sonando a Once Tiros. 
Pablo: Naturalmente las violas pasaron adelante, porque se trabajo desde las guitarras.
Bruno: Creo que la génesis de eso es el show en vivo. En realidad Once Tiros no es una banda donde los caños jueguen un rol tan importante. De repente sí en los discos de estudio. También hasta por un tema de frecuencias: entra un arreglo de vientos y resalta. Pero en realidad en vivo hace muchos años que empujamos hacia ese lado. Y creo que Imán (2011) fue un poco la concreción de ese espíritu y la evolución natural fue lo que pasó en este disco, que salió en unas circunstancias medio particulares. Lo trabajamos distinto que a discos anteriores. Antes veníamos a la sala, trabajábamos una idea y ahí medio que se empezaba. Era más desordenado. Y en este disco trabajamos más a dúo en mi casa grabando en la cocina.
Pablo: En este disco se hicieron las maquetas. Fue un laburo muy fino.
Bruno: Se hicieron los arreglos de batería, se metieron todos los instrumentos para que todo fuera funcionando realmente como engranajes, no piezas sueltas, y así salir con el puzle armado. Fue distinto a cómo trabajamos los otros discos y creo que eso se refleja.

¿Qué estaban escuchando cuando componían el disco?
Pablo: Yo creo que siempre ando en lo mismo. No tengo épocas muy particulares. Vos sí.
Bruno: Yo tengo ráfagas. Ahora tengo una más Serú Girán y La Máquina de Hacer Pájaros. No puedo parar, me obsesioné.
Pablo: Yo venía de una época muy hiphopera. Me encanta la escena local, de hecho tenía el deseo de tener a AFC en el disco. Ellos son una banda con la que generamos mucha empatía y nos hicimos muy amigos al toque. Me gusta mucho el género, lo disfruto mucho. Me gusta también cuando el género encuentra el rock, bandas como Rage Against The Machine, o ese tipo de bandas de los 90 que a mí me partieron la cabeza, y creo que andaba por ahí en ese plan.
Bruno: Me suena que en ese momento estaba medio Alice in Chains, Stone Temple Pilots, que me gustan desde siempre.
Pablo: Nosotros nos conocimos que éramos muy chicos, teníamos 12 años, y nos juntábamos más que nada en la casa de Bruno que tenía el cuarto con todas las paredes grafiteadas, todo lleno de posters. Era un lugar donde encontrabas música. Me acuerdo que me prestó unos VHS con el Live Shit de Metallica. Y curtimos mucho esa etapa. Después fuimos por otros estilos, también otros integrantes fueron trayendo otras cosas. Coincidió con la explosión del 2001 del reggae y el ska. Pero tenemos nuestro corazoncito negro de metal. Ahora tenemos una trayectoria, una carrera, trabajamos con cierta libertad y tenemos un público hermoso que nos sigue y banca los cambios. Once Tiros de por sí siempre fue una banda rara.
Bruno: Sí, disco a disco nosotros no repetimos nunca nada. Puede ser que haya habido vientos en los discos, pero con el segundo disco lo lógico hubiese sido repetir la formula de Parvadomus (2002) que fue exitoso, y no pudimos. De hecho nos produjo Fernando Cabrera.
Pablo: (Risas) Teníamos 17 temas, fue una demencia.
Bruno: Para mí este es el disco más Once Tiros por lejos. Como que se purificó la cosa.
Pablo: Para mí también. Es la esencia de lo que somos, lo que escuchamos.

Ese corazoncito negro del que hablaban en el tema Boombaby se reluce. 
Bruno: Ese es el tema que más me gusta del disco, salado. 
Pablo: A su vez es un tema que si bien tiene ese corazoncito negro, no sé si la palabra es simpática, pero tiene mucha melodía. 
Bruno: Claramente no es heavy metal, es rock pesado. 

Igual la voz es medio metalera.
Pablo: Ahí rompo y rompo. Me doy el lujo. En vivo siempre me gusta romper un poco y ellos acá me dieron para adelante. Yo chocho.

Hablemos de otro tema destacado, La fragua. ¿Desde el comienzo decidieron hacer un tema rapeado?
Pablo: Primero estuvo el riff. Tengo mucha influencia de Morello, me encantan los riffs así, ese mundillo del fa sostenido. Y después hice el estribillo, que de hecho por momentos no estaba muy seguro. 
Bruno: Cuando lo escuché dije “la puta madre, esto está increíble”.
Pablo: Pensaba que capaz que era demasiado, todo el tiempo cantando ahí arriba. Antes de escribir la letra lo que sí sabíamos fue que iba a estar AFC. De hecho compartimos autoría, porque justamente era eso, no iba a invitar a tipos a los que admiro y les voy a escribir yo lo que tienen que decir. 
Bruno: Fue creciendo de partecitas y cuando se terminó fue una sorpresa. “¡Mirá cómo termino esta mierda!”.
Pablo: (Risas) Te asustaba un poco, te volaba la peluca.

En A.N.T.R.O., el disco de AFC vos Pablo también participás de invitado, ¿eso te incentivó a hacer este tema con ellos?
Pablo: No, ya lo tenía de antes. Yo empecé a coquetear con esto en 2004.
Bruno: En realidad para nuestra generación era imposible saltearse a House of Pain, Beastie Boys. A mí me encantaba Pantera, pero el Ill Communication de Beastie Boys lo sabía de punta a punta.
Pablo: Mis primeros toques que recuerdo fueron en el Teatro de Verano con Plátano Macho, El Peyote Asesino. Para mí El Peyote una banda local que me influenció mucho. Me hice muy amigo y tuve la oportunidad de cantar con ellos. Estuvo de más. 

Hablemos de Qué sería de mí, el corte del disco y nominado a los Graffiti como Tema del Año. Es como decían, uno de los ejemplos de las canciones pop que tiene el disco. 
Bruno: Es la canción más Once Tiros. Tiene en sí un arranque hardrockero con el bajo muteadito, pero el desenlace es pop y tiene una guitarra rasgueada al estilo reggae.
Pablo: Sería el tema más vieja escuela. La melodía esa funcionaba muy bien sobre esa base. El disco en sí tiene mucho coro, pero en particular esta era la primera vez que usábamos un coro como un riff.
Bruno: A lo Vilma Palma. (risas)
Pablo: Nos parece un temazo. Después hicimos una juntada con amigos músicos y se decidió como corte. Está bueno reunirte con otra gente porque tenés que tomar un poco de distancia.
Bruno: Aparte realmente no sabíamos qué hacer y había opiniones encontradas. Yo de repente estaba más inclinado para salir con algo tipo Boombaby. Pero escuchando opiniones decidimos que no estaba mal la idea. Lo del corte siempre es algo muy arbitrario.

¿Cómo recibieron la noticia de las siete nominaciones?
Bruno: Es un reconocimiento. Es parte de una cuestión que hay en la escena. No está mal, alimenta la jugada.
Pablo: Pero no vamos diciendo a los colegas "che que de más 7 nominaciones". 
Bruno: Tenemos eso de poca vanidad en general. Nos cuesta las redes sociales y la foto. Es precioso el reconocimiento, pero somos discretos en ese sentido. Porque son siete… en realidad obvio, está buenísimo. 
Pablo: Además está buenísimo con los artistas que estamos, está súper variado. Quieras o no Once Tiros es un nombre que se conoce y esta ahí. Estamos agradecidos en el reconocimiento, las categorías están buenas. Nos sentimos contentos en donde estamos. Porque sé que hay colegas que justo les toca en otras categorías. Si nos hubiesen puesto en Mejor disco electropop hubiéramos dicho...
Bruno: (interrumpe) “la concha de la lora”.
Pablo: ...“qué raro”. (risas)
Bruno: Las categorías están lindas sí. Y tenemos tremendas expectativas por tocar. Porque es una noche en la que tocás realmente para pila de amigos y colegas que no te van a ver. Eso está interesante. 
Pablo: Vamos a tocar dos tremendos temas.


Además de esta presentación en los Premios Graffiti, Once Tiros tocará el 18 y 19 de agosto en Montevideo Music Box interpretando en vivo las canciones de Bunker, además de éxitos que variarán de acuerdo al día y la compañía de invitados. Toda la información acá.