Kanye West en caída libre presenta una red de seguridad

Kristel Latecki

En este momento Kanye West está cayendo de la peligrosa cuerda floja de la opinión pública. Tras sus trágicos dichos (notoriamente afirmó que la esclavitud "fue una elección") y sus palabras de apoyo hacia Trump, el músico que se dice genio no ha actuado acorde a su autoimpuesto adjetivo. Y son pocas a nulas las excusas válidas que sus seguidores encuentran para tenderle una mano y defenderlo.  

En el medio de la controversia editó dos canciones, Ye vs. The People y Lift Yourself, temas que no hicieron más que nuevamente desafiar el fanatismo de su gente, y avivar el fuego de la crítica con versos como "Poopy-di scoop / Scoop-diddy-whoop / Whoop-di-scoop-di-poop".

La semana pasada West logró redimirse como productor con DAYTONA, el esperado disco de Pusha-T, y hoy, tras haber realizado un evento lleno de celebridades en su estudio en Wyoming, las plataformas digitales recibieron Ye, el octavo disco de estudio del rapero que todos aman odiar.

Ye es un disco corto, de ocho canciones y 23 minutos de duración. Tiene entre sus colaboradores a John Legend, Kid Cudi y Ty Dolla $ign; Charlie Wilson, una voz que se reconocerá de sus extensas participaciones en casi todos los discos de Kanye; los emergentes Valee, O7O Shake; y Nicki Minaj, que aparece en el último track en un mensaje de voz. Pero tal vez lo más insólito sea su arte, donde se lee "I hate being bi-polar it's awesome".

En las primeras escuchas se revela un regreso al Kanye más soul (como también se pudo ver en DAYTONA), alejado de las experimentaciones de Yeezus o los momentos más impulsivos de The Life of Pablo. Es un Kanye que reflexiona sobre su matrimonio en tiempos de comentarios virales (Wouldn't Leave) o sobre el machismo inherente del rap desde su nuevo lugar de padre de dos hijas (Violent Crimes). Musicalmente es un Kanye que todos conocemos, hay buenas bases y no hay sorpresas, sin embargo, es evidente que su pluma ha tenido mejores días. 

Para sus fans este es uno de esos momentos decisivos. Ellos -y Kanye también- están esperando que sean las canciones la red de seguridad que lo salve del inminente impacto. 

Y si con Ye no es suficiente, tendrá una nueva oportunidad la semana que viene con la salida de un disco colaborativo con Kid Cudi titulado Kids See Ghosts. El público decidirá entonces si esta racha creativa logra rescatarlo de sí mismo.