Milonga, electrónica y mal humor. Luis Angelero lanza su primer disco

Kristel Latecki

“Yo no sabía qué iba a pasar. Nadie lo sabía”, dice Luis Angelero sobre el fatídico 2020. “Si paraba no sabía si volvía. Entonces, en un punto hacer el disco y mantenerse en eso fue una forma de no parar. Y armar una banda me daba una pereza terrible”. 

Tras la separación de Boomerang, el músico, compositor y productor decidió tomar algunas de las canciones que tenía pensadas para la banda y continuar el proceso, ahora hacia la creación de una música que llevara su nombre. Con el baterista Nicolás Rodríguez comenzaron a darle forma a estas nuevas composiciones, que luego fueron completadas con Santiago Marrero como productor, y fueron llevadas al mundo audiovisual por Federico Molinari. 

De unas 20 ideas quedaron los 9 tracks que conforman Lejos, su disco debut. Basándose en una estética sonora que podía adivinarse en su trabajo como productor, da el siguiente paso y logra completar su personalidad artística con canciones dicotómicas, interiores e interpelantes.      

Vayámonos un poco más atrás en el tiempo. ¿Antes de Boomerang ya hacías canciones?
Siempre. Siempre hice canciones. Antes tocaba en otras bandas y eso, pero de costado al público, con un grado de timidez absurdo. Vergonzosamente vergonzoso. Y de a poco por suerte lo fui superando, al punto ya que me animo y pongo mi voz. Demoró pero bueno, fue natural. No fue que siempre quise hacerlo y nunca pude. En realidad venía haciendo lo que podía en ese momento. Si no lo hice antes es porque seguro no me sentía ni preparado ni motivado. En ese aspecto, todo el laburo de este proceso fue en busca de la naturalidad. Que fluyera y que quedara lo mejor sin controlar mucho.

Fue entonces un real proceso, de hacer coros a componer, a ahora un disco.
Sí. Yo siempre produje y componía solo, pero no mostraba mucho. Aprendí mucho de producción solo, metiendo mano y a los golpes. Y ahí fue que aprendí pila la parte técnica, pasar del cerebro a la compu bien rápido, que era lo que me interesaba. Y cuando empecé en Boomerang empecé a volcar todo eso que tenía guardado y no tenía dónde ponerlo. En ese momento no me daba para empezar un proyecto solo, no cantaba tanto tampoco. Fueron etapas.

Antes de crear este disco también empezaste a producir a un montón de gente. ¿Cómo fue ese camino? ¿Sentís que tengas ya una identidad?
Sé que la tengo, pero no sé si es tan visible, porque he trabajado con proyectos muy distintos. Lo que sí puedo decir es lo que me dijeron: que este disco tiene un estilo medio propio. Eso para mí es lo mejor que me pueden decir. Porque con Santi justamente buscábamos generar una identidad, buscamos que suene mío. Fue algo re charlado. Y fue un buen logro, que no es fácil porque si forzás ser original te podés pasar de la raya y ya ser un excéntrico, ¿viste? Y no era mi idea ni a palos. 

Mi estilo de a poco lo voy definiendo. Tiene mucho que ver con la guitarra, tiene mucho que ver con mezclar lo moderno con lo antiguo, con una guitarra clásica o una milonga. Además estoy escuchando mucha música mainstream, como para estudiar a los productores. Estoy escuchando Bad Bunny fuerte, porque me gusta y porque Tainy, el productor, me parece un crack. Llevar esas locuras a los niveles mainstream me parece un sueño. Lo escuchás y parece siempre lo mismo, pero hay una data atrás que está increíble.

También otra cosa que buscamos en el disco es ser moderno, actual o lo que sea. Ser 2021 en el aspecto más climático que musical. Porque yo no hago música urbana, hago canciones. Entonces no puedo ponerme a reggaetonear ni a rapear porque todos lo están haciendo. Me parece interesante, se hace más escuchable un disco así. 

Creo que esto lo habías contado cuando salió Algo Fugaz: la idea de que la canción no se repitiera sino que se sucediera una parte A, una parte B, una parte C. Era como una progresión. ¿Romper el formato también es algo que te interesa?
Sí, y al mismo tiempo lo que pasó por ejemplo con Algo Fugaz y con otros temas, no fue que rompimos un formato, sino que el tema ya estaba así naturalmente. El demo es así, y cuando lo escuchás decís: "esto tiene algo. Esto me mantiene atento”. Entonces eso no hay que tocarlo, porque si lo reestructuras después perdés todo el tema. En Algo Fugaz no pudimos retocar la estructura, probamos y todo era horrible. Salvo el demo, que empezaba e iba creciendo, se armaba y se desarmaba, y se volvía a armar. Y algunos temas son así, también.

Es el formato narrativa, tipo planteo, nudo, desenlace. 
Claro, totalmente. A mí me gusta más un lado así. También la música que escucho no tiene las estructuras tan marcadas tampoco. Y creo ha habido muchos cambios en la música, se han roto mucho las fórmulas. De repente aparece uno que hace un estilo y al rato toca otro. Y para mí eso está buenísimo. También que no sea mal visto como antes. 

Juntar una guitarra clásica con una base un poco más trap.
Totalmente, claro. Hay ese prejuicio de “ojo con qué unís”. Hay que saber unir, a veces quedan pegotes re feos. Pero ta, me parece re interesante y además es re enriquecedor porque es una investigación. Vos te das cuenta si se investigó lo que está haciendo.

Son caminos para crear tu propio estilo también. En tu caso decías que está la guitarra, que tiene como una tendencia digamos hacia "lo tradicional" o hacia la música popular, más la base electrónica. ¿Estudiaste guitarra clásica? ¿Te interesa el folklore o la música popular
Totalmente. Fui un par de años a la Escuela de Música. Fue donde nos conocimos con Santiago Marrero y con Fabrizio Rossi, hace ya más de 10 años. Estábamos en la misma clase y todo. Dejé porque concertista no iba a ser ni en pedo, y seguí estudiando por las mías. Pero lo último que me pasó fue que en 2017 o 2018 gané una beca del MEC para estudiar con Julio Cobelli, guitarrista de tango y milongas que tocó con Zitarrosa y todo. Y la verdad fue un antes y después total. Porque toda esa información no está en ningún libro. La data termina donde termina la persona y me parece re interesante eso. Para mí era como estar yendo a la clase con un bluesero. Si fuera un yanqui sería eso. Y aprendí muchísimo, tanto que ahora toco de otra manera. Te juro, es tan fuerte la influencia. Además porque desde chico Zitarrosa, la milonga y el folklore me encantan. Y cuando lo toco la verdad que me fascina. Ahora lo paso a la eléctrica. Incluso la mayoría las veces la toco con dedos. A veces alterno con púa, pero muchas cosas se toco con dedos, y no es menor para el sonido y la estética. 

Y las canciones casi todas surgen de la guitarra y la voz. Casi todas son salidas de un demo de celular. Plan se me ocurrió, grabé. Lo que hago es grabar 18.000 demos todo el tiempo y después hago la selección de selección. Es lo más tedioso pero bueno, es así. 

Y todo eso se combina con todo este planeta sonoro electrónico, con estas tendencias de música urbana y una impronta super pop también. Lo que me gustaría saber es cómo uniste estos dos universos. Tener una guitarra de raíz, pero sacada de contexto y puesta en otro lado. Ahí es cuando adquiere otra magia. 
Eso aparece cuando hago los demos. Paso la grabación a la compu y empiezo a tirar fruta. Hasta lo más absurdo, como una base regggaetón, y la hago pelota para ver qué pasa. Después eso pasa a un productor o se la paso a Nico y le agrega una batería, pero no para sustituir sino para complementar lo que ya hay. Yo creo que ahí es donde ya se empieza a mezclar. Porque yo cuando me lo produzco acá en mi casa no hago baterías tratando de sustituir a la orgánica. Hago un beat como si fuera definitivo, entonces a veces esos elementos terminan siendo tan fuertes, que terminan jugando en la secuencia sumándose a la batería. Eso fue lo que pasó casi todo el disco. Salvo en los temas que son batería, como Desesperación que la tocamos en power trío

Quiero preguntarte en particular de dos canciones que me llamaron mucho la atención: Bozal y Te tengo al lado. ¿Bozal tiene una base tipo funky carioca? ¿Candombe? ¿Qué es eso?
Es rarísimo. Ese tema por ejemplo era una bossa. Parecía medio una canción de Drexler para mí. Era una guitarra y la empezamos toquetear y hacer pelota. Y quedó eso como medio trancado. Fue re influencia, no lo puedo negar, de C. Tangana y Alizzz que los vengo escuchando también. Me encantó esa mezcla del carioca, plancha, todo mal. Un sonido que decís “¿qué es eso?” arriba de algo pop lindo. Es un experimento, realmente. 

Y la otra vuelta pensando en el disco, me di cuenta que ese tema es un despertador. Porque vos ponés el disco y es un choque. Y después viene Desesperación que arranca diciendo: "Ayer tuve un sueño". Encontré un relato que no me había dado cuenta. Y este es un tema que te puede no gustar muchísimo, o te quedás escuchando preguntándote qué pasó. 

Te diría que ese es un camino mucho más a seguir hacia el futuro. No el tipo de tema, que me parece medio chotón igual, y lo sé. Es medio boludo. Pero el estilo y el sonido me parece que es un primer paso, algo a desarrollar. Para solista me parece que está bueno. 

Después, hiciste una murga en Te tengo al lado.
Una murga canción, pero con unas mezclas raras. Tiene coros de murga pensados armónicamente pero no en timbre. No lo haría por respeto a los murgeros, no me sale además. Incluso fue todo un tema personal para mí también decirlo, porque me daba cosa hacer un tema así. La murga tiene algo especial, re pesado, que si no sos de ese mundo es re difícil. Pero al mismo tiempo me gustaba el tema. Me parece bueno lo que dice, me parece re sincero. Y además es una murga que habla del mal humor (risas). 

Tengo muy buena onda con Martín Cardozo de Agarrate Catalina, se lo mandé para pedirle su opinión, porque iba a ser mi destrucción o mi felicidad. Y me dio un feedback re bueno. Me quedé re contento, hasta me analizó los ritmos. Me dijo que tenía como una marcha camión pero candombeada. Es una murga tipo deconstruida.

Igual por ejemplo, ese tema es una murga, pero me acuerdo que estaba escuchando pila XXXTENTACIÓN en esa época, y los acordes son medio esa onda también. Es un híbrido, una cosa melancólica re triste, pero no son los acordes típicos de murgas. Era una interpretación mía. 

Este tema y Desesperación tienen estas energías o estas emociones negativas, pero sobre una musicalizacion alegre. ¿Que onda esa dicotomía?
Eso es algo que me sale solo y me doy cuenta. Cuando escribo, lo hago como si fuera un escritor adentro de un sótano todo mal. Esa dicotomía no sé de dónde sale, pero me parece interesante. Me gusta, porque si fuera todo para un lado o para el otro, hubiera quedado o muy bajón o muy alegre. Pero sí, es algo que el disco tiene zarpado. Como una nostalgia y una melancolía. Y “desesperación” es una palabra que tiene una connotación horrible, pero lo dice como si fuera caminando por el parque.

Yo me siento muy identificada con este tipo de canciones, sobre todo decir que estás malhumorado.
Claro, a mí me pasaba. Cuando veo esas letras digo: “pah qué horrible, mostrarme tan como soy”. Pero al mismo tiempo, pienso que alguien se tiene que sentir identificado. ¿Quién no está malhumorado o como el orto un día? Entonces, me di cuenta que estaba bien también. Son días, no es que estoy todo el día malhumorado (risas). 

En ese aspecto, también en los estribillos busco decir lo que dirías en cuatro versos con una sola palabra. Es huevo.

Y como decías hay un equilibrio. Están estos temas más dark si se quiere, y también otros como Distraído, que es el momento romántico. Y me parece que va a tener su eco, porque hasta hace poco no se podría salir, nadie podría tener citas ni nada, ahora es el momento para que te puedas declarar.
Totalmente (risas). Y romper todas las paredes. Faltaba un tema de amor, porque no había. Lo bueno también es que no define si el sujeto es hombre o mujer, pero me di cuenta después. Y como es medio cachondo, está bueno que te imagines a quien te cachondee y no te cierre yo diciendo chica o chico. Pero no lo pensé, de verdad me salió solo. 

Ese tema era con guitarra y Santi lo despedazó, lo dejó todo etéreo y suelto. Y lo elegimos como último tema porque renueva el amor, vuelve. El personaje del disco va pasando por etapas para mí. Es alguien que cree que puede ser autosuficiente, solo, y no. Y al final aparece eso de nuevo. Me parece que cierra bien. 

Me parece que el disco habla más de una interioridad, de dilemas, humores. No necesariamente sucesos de la vida exterior. Por eso me parece muy personal.
Justamente es eso. Es sincero sí, es de adentro. No puedo decir que no, son las cosas que pienso, que a veces son medio random. A veces son imágenes que aparecen en la canción, y otras son como máximas que pensás de la vida. Es la exploración, es también deconstruirse, buscar cosas nuevas. Y darte cuenta de que estás re equivocado en pila de cosas y asumirlo. En ese aspecto tiene pila de eso. Es muy interior. No están claras las letras o no es una historia que te cuenta. Es más sensaciones o humores como decís. 

O como el tren del pensamiento. 
Totalmente. Lo que me pasa con las letras es que generalmente las canto en el momento o tarareó palabras que después no las puedo mover. Porque son tan fuertes que quedan ahí clavadas, y tengo que escribirle otras alrededor para dejarlas. Entonces, eso te fuerza a no tener un hilo conductor perfecto porque te lleva para acá y para allá. 

Además soy re fanático de Nirvana que es todo un divague, o un delirio muy profundo. Y también de Dylan. Por eso busco cosas espontáneas, que parezca que lo dije así y lo escribí. En ese aspecto re trato que sea así. Porque es pensado, siempre, pero que parezca que se hizo ahí.