Massacre de Nuevx en Montevideo
Kristel Latecki
Este domingo 8 de setiembre el Festival Nuevo Día hace su última fecha en Montevideo con una jornada completísima y un cartel de lujo. Porque si en ediciones anteriores el foco estaba en unir el Río de la Plata haciendo puente entre las nuevas propuestas, ahora también estarán presentes los referentes.
Massacre, banda que hace nueve años no editaba álbumes de estudio, regresan a Montevideo con su flamante Nueve. Renovados y energizados, volverán a compartir escenario con unos amigos locales con quienes tocaron en 2006. “¡Los Hablan Por La Espalda! Queridos y admirados por nosotros”, exclama Walas desde Buenos Aires. La banda de los Solana salió este año con el EP Nueva Disciplina, abriendo un capítulo más en su ciclo de cambios sonoros, uno que toma mucho de su origen hardcore para reescribirlo en su versión 2024.
Representando la nueva ola, volverán también desde Argentina Dum Chica y Mora y los Metegoles; y completando el plantel local, estarán Flor Sakeo, Jesus Negro y Lxs Pxtxs y Wero.
La presencia de Massacre en el Nuevo Día no es casual, después de todo fue un tema suyo el que inspiró el nombre del festival. “Para nosotros es un orgullo”, cuenta Walas. “Nosotros ya conocíamos el festival y teníamos muy buen concepto de él. El año pasado tocamos por primera vez, y nos dimos el lujo y el placer de tocar la canción Nuevo Día en el Festival Nuevo Día. La presentamos, la explicamos y todo. Así que nada, para nosotros es un orgullo que un festival que lleva el nombre de una canción de Massacre sea tan genial y tan bueno”.
En la previa de su llegada, conversamos con el cantante y compositor sobre su nuevo lanzamiento y este momento del rock rioplatense.
Hay muchos números que se hacen presentes entorno al disco Nueve. También en las letras aparecen algunas temáticas surrealistas y espirituales. ¿Les copa la numerología?
Nos interesa muchísimo la numerología, lo esotérico, lo astral, lo cuántico, lo interdimensional. El disco se llama Nueve por eso, por una cuestión de sincronías, de cosas numerológicas. Es un disco que tiene nueve canciones, es el noveno disco de Massacre. Es el disco que hace nueve años que no grabamos. Son tres productores que producen tres canciones cada uno. Todo, todos llevan al nueve. Y sí, le damos muchísima, muchísima importancia a eso. Y entra por supuesto en la imaginería de Massacre, ¿no? En las letras, en la prosa, en la lírica. Todo lo espiritual, y de forma poética y surrealista también.
Después de nueve años sin grabar discos, ¿qué los movió para componer? ¿Cuál es o cómo pueden definir su motor creativo?
El disco, si hubiéramos querido, podría haber sido doble. Podría haber tenido 20 canciones, porque teníamos un repertorio y un montón de canciones compuestas desde la salida del aislamiento de la pandemia. Son unos temazos geniales que quedarán en carpeta. Y ese es el resultado de estar, desde hace años en diferentes estudios de Estados Unidos. Por ejemplo grabamos en el Sonic Ranch de Texas, grabamos en el estudio de Los Ángeles de Gustavo Santaolalla. En Nueva York en el estudio de Héctor Castillo. En Buenos Aires, estuvimos en Panda, Romaphonic y Good Shit. O sea que es mucho trabajo, mucho tiempo, muchos estudios, muchas millas. Y eso es lo que nos mueve. Ese es nuestro motor creativo.
Como decías, en el disco trabajaron un montón de productores e invitados ¿lo consideran casi un trabajo colaborativo? ¿O expandido gracias a la colaboración?
El disco es absolutamente libre, elástico, ecléctico. Tiene una cantidad de músicos impresionantes. En el disco participaron trece músicos. Además de los cinco Massacres toca Sebastián Schachtel de Las Pelotas. El periodista y trompetista Gillespi. Gustavo Santaolalla toca guitarra y canta. Santi Motorizado y Goyo de Bándalos Chinos cantan y finalmente tenemos a un amigo nuestro de toda la vida, que es Vicentico. Nada menos que Vicentico canta en una canción recontra psicodélica que se llama Medusa Lunar. Y lo lindo es que a todos los invitados los trajimos al universo de Massacre. A todos los metimos en en nuestra cancha y aportaron una belleza, una luz, una calidez. Los elementos que necesitábamos.
¿Cómo ven este momento de rock post pandemia y qué bandas o artistas nuevxs recomiendan especialmente?
Yo creo que, como existió en su momento el rock de post dictadura, o el rock de la democracia, ahora existe definitivamente un movimiento de rock post pandemia. Hay un bar en Buenos Aires, el Strummer, fundado por músicos de rock y de ahí ha salido un semillero de bandas nuevas, de bandas geniales, de bandas con músicos de todas las edades, principalmente chicos veinteañeros que demuestran que el rock sigue absolutamente latente y vivo.
Y hay montones de bandas nuevas. Te digo Dum Chica, Mujer Cebra, después unos que están muy hypeados, que son unos amiguitos nuestros y son los Winona Riders. Después, me gusta mucho Las Ligas Menores. Y después hay una banda genial, que sacaron un vinilo hace poco, que se llama Richter. Así que hay mucha, mucha tela para cortar. Hay mucho talento y mucho futuro.