El sinuoso camino de Juan Wauters
Ismael Viñoly
Instalado en la Ciudad Vieja, un risueño Juan Wauters entregó, como lo hace en sus shows, todo en cada respuesta. La influencia del escritor Albert Camus, el mail que le devolvió Jaime Roos y su niñez en el barrio La Mondiola, pasan por esta entrevista que recorre el sinuoso camino de un chico que hoy recorre el mundo con sus canciones a cuestas… ¡Ah!, y que tocará el sábado 18 de junio a las 21hs, en La Trastienda Club Montevideo.
¿Qué estás preparando para el show en La Trastienda?
Es la primera vez que voy a venir con un grupo propio. Antes por el flujo de dinero era inviable andar con cinco personas a todos lados, entonces tenía una banda por Europa y otra por acá. Músicos distintos con los que me juntaba 48 horas antes para tocar mis canciones. Esta banda está conformada por un grupo de colegas de Nueva York, que me van a acompañar por los distintos momentos de mi carrera. Hay folk, electrónica e instrumentaciones latinas. Vamos a pasar por todos mis discos y los músicos van a tocar distintos instrumentos. Por otra parte, diseñamos un show que tiene distintas partes y le metimos mucho a la puesta en escena. No quiero spoilear, pero contamos una historia que mediante las canciones para por momentos íntimos, llega a un éxtasis y sobre el final… Hay una montaña rusa.
Te veo contento con este show.
¡Imaginate! Para mí era muy estresante encontrarme con los músicos con tan poco margen. Con esta banda hemos tocado 60 veces juntos. Jugamos de memoria. Por ejemplo, en Nueva York mis padres fueron a ver el show y les gustó. Más allá de lo experimental, reconocieron que estoy más profesionalizado. Además, creo que estoy usando mi lenguaje musical de forma más accesible para llegar a la mayor cantidad de corazones. Estoy haciendo un esfuerzo para acercarme a otros públicos, sin dejar de lado lo mío. El juguito mío no va a faltar nunca (Risas).
En una nota con CADENCIA, a comienzos del 2021 hablaste sobre tus idas y vueltas con Uruguay y comentaste que querías conectar un poco más con el círculo montevideano. ¿Pudiste conectar con músicos desde aquella vez? ¿Este regreso es una oportunidad para entrar en contacto con la escena de acá?De a poco sí. Para mí es muy importante. Hago un esfuerzo para conectarme. Soy un músico montevideano que nunca compartió con los colegas de la ciudad. Me fui con 18 años y toda mi carrera se dió allá. Tengo ganas de colaborar con gente y me interesa conocer historias sobre cómo han sido sus historias como músicos de acá y también quiero hacer un disco en Montevideo.
Sobre Uruguay y su música, tengo dos preguntas: ¿Cuáles serían tus discos de música uruguaya favorita? ¿Y por qué?
Hay discos de Jaime Roos impresionantes, por ejemplo el clásico Mediocampo. De Mateo me gusta Mateo y Trasante. Además un amigo de Las Piedras era fanático de los Chicos Eléctricos y tenía un casete que tenía temas como Dale Maluco. Ese disco me voló la cabeza. Últimamente estoy copado Jorge Drexler, lo descubrí por Shazam en una radio montevideana y escuché la canción Sea. Ese disco tiene arreglos super computarizados, MPC’s y mucho scratch. Jorge tiene algo muy inusual. Los uruguayos nos copamos mucho con lo rústico y él tiene una sensibilidad muy delicada. Por otra parte, la música de Mariana Ingold y su voz. Son maestros que nos traen hasta acá. En mi caso consumí mucha música uruguaya por el desarraigo de haberme mudado en una crisis económica del 2002, entonces me esforcé para escuchar a los músicos de aquí.
Hace tiempo hiciste un cover de Jaime Roos El hombre de la calle. ¿Pudiste verlo en su regreso y si te consta que él pudo escuchar tu versión?
Sí y sí… Ambas afirmativas. Medio Siglo fue una locura. Estuvo zarpado. No erró ninguna nota. Tengo el recuerdo de haberme emocionado, pero más bien fue como un pico de emoción constante, fue divino. Hubo una comunión grande con la gente, había veteranos que estaban detrás de mí. Él en su época tocaba temas como el exilio, fue un sentimiento increíble y el que se lo perdió, se lo perdió. Y sobre mi versión, antes de que saliera la canción se la envié por mail, por cortesía. Jaime me contestó y me dijo que le había encantado la musicalidad que le había agregado, la traducción de la letra y, además, me preguntó si era de Defensor, porque en el video salgo con una remera de la violeta.
Yendo a esto. En muchas de tus canciones tengo la sensación de que hay mucha calle. Hay historias de gente que en el caos mundano encuentra motivos para salir adelante. Como un costado de Nueva York más luchón y menos glamoroso. ¿Cómo te sentís con esta afirmación, te identificas?
Sí. Mi música refleja mis vivencias personales. Como te comentaba, yo fui a Nueva York como parte de una familia de inmigrantes a mis 18 años, Por ejemplo, mi familia me pidió si podía ir a laburar a una fábrica en Nueva York para juntar la plata y que vengan mi mamá y mis hermanos. También existe la del glamour y he disfrutado eso también. He curtido la Quinta Avenida y tengo amigos de todos los barrios y de todos los espectros socioeconómicos. Pero el Nueva York que me representa tiene que ver con esa cosa de la vida del laburante. Podría decirse que hay un romanticismo ahí, en la clase trabajadora. Mi ciudad es tan válida como las otras. Mucha gente se va para allá y piensa que es todo glamour, y no es así. El dolor y la felicidad es igual en todos lados. La pobreza se repite en todos lados, quizás acá en Uruguay tenés falta de cosas materiales, allá quizás haya más pobreza espiritual.
Yendo a este costado más luchón. Hace un tiempo hiciste algo que me pareció genial. Pues colaboraste con un programa de radio para Elara, la productora de contenidos de los hermanos Safdie. Directores de películas como Good Time (2017) y Uncut Gems (2019). Cineastas que narran esa Nueva York, que quizás para muchos quede oculta. ¿Cómo surgió esa invitación?
A Josh y a Benny Safdie los conozco desde hace mil años. Ellos son de Queens como yo y los conozco desde que tocaba en los Beets (su proyecto musical anterior). Hemos hecho muchas colaboraciones, sobre todo cuando eran más independientes y hacíamos todo entre amigos. Por ejemplo, muchas de mis canciones aparecieron en su primera película The Pleasure of Being Robbed (2008), además colaboré en los comentarios del director de Daddy Longlegs (2009). Ahora nos vemos menos, pero cuando nos vemos siempre nos deseamos lo mejor y siempre estamos en contacto.
En esta línea, tu último disco, Real Life Situations (2021), desde su nombre marca un realismo. Yo de hecho para Piiila escribí que: “Como dice en Sentimiento Queens: ‘No es música, no es poesía, no es arte: es la expresión de un sentimiento’. La expresión de un barrio, de su ecosistema sonoro o el reflejo de su realidad”. La premisa tuvo que ver con reflejar mediante canciones y sonidos irrupciones el sonido de un barrio. ¿Esto fue así?
Se llama así por una frase del grupo Outkast. En una canción cuentan la historia de un pibe que sale a boliches, está con distintas mujeres y de repente una de ellas queda embarazada. Ahora tenés un hijo y además te hiciste el examen para laburar en el correo y en el examen de orina te salió que tenías droga. La canción narra esa historia y se pregunta si ahora sos lo suficientemente hombre para encarar la situación de la vida real. Me gustó esa frase. Todo el disco busca el sentimiento real. Quisimos buscar un sonido que representara a una ciudad y no solo a Queens, que para que te hagas una idea es más grande que Montevideo y yo solo vivo en un barrio de allí.
Volviendo a Montevideo, ¿qué sonidos recordás de La Mondiola?
Cuando era niño vivía en Luis Lamas entre Pagola y Lorenzo Pérez, hasta mis once. Ahí enfrente a casa tocaba el piano un tal Manolo Guardia, que después me vine a enterar que fue uno de los precursores del candombe jazz, que fue más o menos lo mismo que hizo Tom Jobin con la Bossa nova, pero en Brasil. A la vuelta vivía un tal Risso, que tocaba el piano con la Abuela Coca. También con mi padre íbamos a boliches, a lugares donde tomaban los hombres. Entonces también veía mucho ese ambiente de bares, esa cosa de antes. Todo eso se fue impregnando una musicalidad.
En una entrevista para La Nación expresaste que en las canciones hay que estar algo blando, para mantener un sentimiento puro. Esta pureza la veo en mucho de vos, pero voy a ir a una canción que me parece la refleja: Mi Vida, de tu disco La onda de Juan Pablo. Esa canción tiene eso y además para mí es un verdadero acertijo melódico que se iba desnudando ante mis oídos verso a verso. Si el vector para hacer la canción es la pureza, ¿cómo se relaciona con la idea de belleza, o cómo la búsqueda de la belleza esculpe a la pureza?Qué bueno que traes esa canción a la charla. Esa es una de mis canciones preferidas de mi vida, porque me describe un poco. Cuando en aquellos años me tocó trabajar en una fábrica de chico y sentía que no había salida. Había leído una historia del escritor Camus, sobre un flaco que va siempre a trabajar y siempre come un sanguche de queso, algunos días ni siquiera con eso. Es un cuento impresionante y cuenta la vida real, tal cual es. En Camus veo esa cosa de contar la vida real y eso me interesa de él y de otros artistas. Esa canción explica ese sentimiento de querer cambiar tu vida, de querer estar mejor, pero también lo importante que es valorar lo que tenemos. Porque ese tipo supuestamente que vive una vida de porquería, pero es también es un aventurero y describe que su vida tiene cosas lindas. Son cosas que surgen desde el inconsciente. No hay una razón, sino que salen solas las frases armadas desde una inconsciencia. Me hago cargo de que la escribí yo, pero a su vez es un inconsciente que lo escribe. Porque yo me suelto y esas cosas salen solas.
Al escucharte veo a alguien exitoso a su manera. Creo que mucho de tu éxito tiene que ver –entre otras cosas– con esa soltura de cuerpo a la hora de componer. ¿Qué es el éxito para vos?
Yo me reconozco exitoso porque ha sido todo un camino, un proceso en el que de a poco se me dan las cosas y estoy cada vez más posicionado, pese a que tengo un estilo de música particular y trato de representarme a mí a través de mis canciones. Me gustaría crecer para llevar el show a otros lugares. Poder comprarme una casa. Eso lo pienso, pero principalmente el éxito es seguir en marcha. Si me comparo con otros artistas soy pequeño, pero si me comparo conmigo mismo he crecido mucho. El éxito para mí es seguir hacia adelante un concierto más, un día más, un disco más. El éxito es poder seguir haciendo esto, a mi manera. En mi propia ley.