Janelle Monáe muestra el corazón detrás de la coraza de androide

Kristel Latecki

Janelle Monáe comenzó su carrera con una gran obra conceptual. En Metropolis: Suite I (The Chase) (2007), Janelle presentó a Cindi Mayweather, una androide que se enamora de un humano y es perseguida para ser desguazada. En los años siguientes y tras el lanzamiento de las excelentes suites de Metropolis que continuaron la historia de Cindi, The ArchAndroid (2010) y Electric Lady (2013), ilustró un mundo afrofuturista, donde el funk convive con el pop, y las infecciosas melodías cuentan historias de mesías robots y romances prohibidos. Fue allí también que la artista se terminó transformando en androide: siempre ataviada de traje monocromático y con un impoluto pompadour, en sus entrevistas no dejó que nadie atravesara su armadura. Su mundo artístico era su música y su historia, el resto fue cubierto en un velo de misterio.

Eso parece haber terminado este año. Janelle acaba de estrenar dos de las canciones que conformarán Dirty Computer, su primer disco en cinco años y uno que se ubica por fuera de la saga. Este trabajo será acompañando de una "película emocional", que le dará a cada canción una trama audiovisual. 

En entrevista con Zane Lowe de Beats 1 explicó los orígenes y ya dejó en evidencia que detrás de aquella coraza brillante y su imagen de perfección digital, hay un corazón que quiere expresarse.

You know I always knew that I had to make this album. I actually had this title on this concept before my first album The ArchAndriod and it scared me because a lot of the things that I knew that I needed to say were very deep, very personal, from the heart. You know this is an extremely vulnerable album and it took me a while to make it because I’m a self editor. I self edit myself a lot. I’m like I don’t want to talk about this, I don’t want to talk about that. I had to kind of have people at Wonderland on my team to hold me accountable to it. They were like OK, you said you wanted to make this album before your first album, this is the opportunity for you to just really choose honesty over mystery. I know that there are a lot of things that I haven’t discussed and I think this is the album that you’ll get an opportunity to get a closer glimpse into my mind and into my heart.

La primera de esas expresiones es Make me Feel, posiblemente uno de los tracks más pop y accesibles que Janelle haya hecho en su carrera, pero también el más abiertamente sexual. Es precisamente un sensual funk heredado directamente de Prince, que celebra la fluidez sexual con todos sus colores. El video fue dirigido por Alan Ferguson y aparece la actriz Tessa Thompson como uno de los objetos de deseo de la artista.

El siguiente tema que estrenó fue Django Jane, single que no solo celebra la excelencia negra, los logros de la comunidad y los suyo propios, sino que también pone en primer plano el feminismo y el empoderamiento femenino. Janelle fue una de las voces que más ha sonado en este momento del #MeToo y #TimesUp. "We come in peace, but we mean business”, dijo durante su discurso en los últimos Grammy. Y esta gran canción se hace eco de eso con excelentes versos rapeados y grandes líneas ("We gon' start a motherfuckin' pussy riot / Or we gon' have to put 'em on a pussy diet" es solo una de esas). 

El video fue dirigido por Andrew Donoho y Chuck Lightning, y aquí la artista se pone en la piel de  la líder de un ejército femenino. Los trajes que la caracterizaban volvieron, aunque potenciados de color.

Django Jane y Make me Feel muestran dos facetas diferentes de una artista que no dejaba salir a la persona detrás del personaje. Armada de una feroz honestidad, Janelle se planta con los dos pies en 2018, en el planeta Tierra, en un momento donde hasta el más frío de los androides le hierve el corazón.