Mili Milanss: El rapero favorito de tu rapero favorito
Ismael Viñoly
Mili Milanss presenta MMXXIII, un EP adulto, fresco y efectivo que reafirma la capacidad para rimar de un rapero que canaliza su enojo rapeando calmado sobre versos intensos y cocina sus propios beats bailando entre tambores y sintetizadores. Un tipo “amable, cálido y tranquilo”, que se prepara para un 2023 de alto voltaje en el que promete “ir a por todo o morir del estrés”.
El rapero y productor montevideano no es una cara nueva. Su carrera se remonta al 2006 y en base a idas y vueltas fue encontrando su lugar en la escena local. Cofundador de KNOCK OUT Batallas y juez en otras tantas como la Red Bull Batalla, editó varios discos y colaboró con otros artistas (Zeballos, Naicen, Miranda Díaz). Y si bien viene del under ya coqueteó con lo viral: su feat en Eclipse de Zeballos superó los 8 millones de reproducciones en Spotify. Por otra parte, para ahondar en su historia basta escuchar Está Soñando o Stand Up del disco 2001: El Stand Up (2016), en donde narra capítulos de su vida con rimas.
Ambos temas presentan una de sus fortalezas como rapero: su storytelling, algo que late en varios pasajes de MMXXIII. Además, su bio estuvo marcada por la emigración a Berlín en el año 2001 y por esta línea se desprende cierta rareza de sus rimas. “Al volver (a Uruguay) empecé a rapear en español, sin conocer raperos de habla hispana”, dijo Mili a Piiila. Esto definió un estilo que no es encarado desde los lugares comunes, sino que por el contrario se enriquece cuando se complejiza (como se oye en LIKES).
Este marco hace que las expectativas sean altas y MMXXIII (Intro) arranca el EP desde la tensión y la presión de dejar el listón bien alto. Por sus sonidos, es como si un alien descendiese a este planeta y se propusiera conquistarlo “de a un finde a la vez”. La tensión baja con LIKES, la segunda canción, en donde rimas complejas van encabalgadas sobre lo absurdo de los anglicismos que plagan la música digital. El tema reclama un lugar dentro de una escena en crecimiento, pero sobre la que tiene reticencias. “Lo único que me rechina es que ahora hay gente que quiere subirse al carro por intereses muy por fuera de la cultura en sí. Eso trae jugadores muy buenos y jugadores muy malos”, dijo sobre la actualidad del rap local.
“El rapero favorito de tus raperos favoritos”, como dice su bio en Insta, se pinta la corona como Biggie Smalls y se autoproclama rey en Fresh as Fvck. En donde suelta entre percusiones un mensaje claro: este es su momento, “ahora le toca disfrutar”. La actitud festiva se tiñe de reflexiva cuando empieza Fingir lo Imposible (feat Miranda Díaz), track que propone una atmósfera de sintetizadores y en cierta forma trata el síndrome del impostor. La canción aborda la relación tóxica que un artista puede tener con su obra, en donde pasiones y frustraciones conviven en medidas iguales. Aquí Miranda suaviza con su voz un tema rapeado con intensidades anormales.
No es mi Hogar (feat. Tader) repite la fórmula, pero esta vez en contrapunto con una sinfonías de tambores. El rapero español aparece como un cronista de la ansiedad y muestra barras con una profundidad espiritual inusitada. Se trata de un cierre perfecto para un EP que va de menos a más y que condensa toda su experiencia como rapero y como beatmaker, porque los temas fueron producidos y masterizados por Milanss. Y también marca la primera parte de una saga que este año adelantó tendrá continuidad.
Mili adelantó a Piiila que prepara un álbum con la producción de Bruno Cammá, con un sonido “bien yankee, bien de la década del 2000. 50 Cent, Jay Z, Busta Rhymes y Eminem”, afirma. Y promete temas “pensados para agitar en vivo”. Por cómo arranca MMXXIII parece que todos sus pasos lo trajeron hasta acá. Se escuchan los ecos de un frío Berlín, de un pibe que no encajaba y de una carrera que no para de asombrar.