Piel transforma heridas en relucientes canciones
Lo que prometieron con sus dos adelantos, lo cumplieron con su segundo disco. Piel sacó lo mejor que tenían para ofrecer y lo capturaron en Bien por las heridas.
Sea en composiciones que apenas duran un minuto como la perfecta Mantarrayas, o en otras que casi llegan a los siete como Sin embargo (que incluye hasta un outro sutilmente candombero), Piel demuestra su sutil habilidad para las melodías y su destreza musical -los dos Vivas cubren los roles en voces, guitarras, bajos, percusiones y sintetizadores-, haciendo de pequeñas escenas románticas o amistosas excelentes canciones.
Con 14 tracks, Bien por las heridas gana con su combinación de las melodías heredadas del clásico pop/rock argentino, con las guitarras y los riffs del indie revivalista actual, más una sana dosis de psicodelia que le da al dúo su propio sonido. Uno que parece trascender épocas, o más bien pertenecer al entreverado pastiche que es el post 2000.
Inventivos y extremadamente ajustados, con este disco los hermanos Vivas se confirman como una de las bandas que hay que prestar atención de ahora en más.