2022 en Piiila: Discos del año
Este 2022 fue muy especial, no solo por ser el verdadero año post pandémico, sino porque además Piiila cumplió sus 5 años. Llegar a ese número para un medio totalmente independiente y autogestionado es para nosotres muy importante y valioso; reflejo del esfuerzo y el amor que sentimos por la música uruguaya. Y como tal, era algo que merecía ser celebrado. Renovamos nuestra estética e hicimos la fiesta de lanzamiento de los 5 años; sacamos del estudio a nuestro podcast CADENCIA y lo compartimos con ustedes; bailamos de nuevo, porque era lo que había que hacer. Y no nos vamos a quedar ahí: en 2023 seguiremos con grandes, grandes festejos.
La lista de nuestros discos del año es una tradición desde el primer año. Es el momento de pasar raya y destacar la música que nos marcó y nos emocionó, nos hizo bailar y liberar. Por supuesto, condensar eso en 20 lugares y hacerse eco de los diferentes fenómenos que sucedieron es por demás difícil. Sin embargo, este es un intento que asumimos como deber.
En este 2022 en Piiila tenemos dos discos que le dedican versos al misterioso algoritmo que rige nuestras vidas digitales. EPs tan contundentes como álbumes, que empujan la música uruguaya hasta nuevos y aguerridos lugares. Propuestas desafiantes y arriesgadas, que desde la vanguardia conquistan el mundo. Y trabajos que confirman con creces las diferentes maneras que se puede hacer pop desde acá. Nuevos talentos que habrá que seguir de cerca; cambios de nombre y regresos inspiradores. Discos multipremiados y sátiras políticas que caen en el momento justo.
A ustedes lectorxs, artistas y amigxs, les agradecemos pila por habernos acompañado durante estos 5 años. Gracias a ustedes estaremos aquí varios años más.
Nos vemos en 2023. Ahora a escuchar música.
Kristel Latecki
20) Agustín Casulo - Pop Champagne
Concretando sus talentos como productor y colaborador, en Pop Champagne Agustín Casulo elevó su sonido logrando un equilibrio entre lo urbano y el formato canción.
Mete un synthpop groovero con Zeballos, una dupla que parece no saber fallar; toma la forma de “chulo triste” en un ejercicio de combinar el acordeón cumbiero con el pop electrónico; y hasta tiene un trap necio instrumental que se da el lujo de durar solo 51 segundos.
Aquí hay brillo, baile y romance, pero este también es un disco de honestidades crudas y cuestionamientos sobre lo difícil que es hacer música acá. Pero por suerte, la moneda cae del lado de seguirla peleando por hacer lo que mejor hace: pop.
KL
19) The Supersónicos - Braian "Wilson" Ferreira: White Sounds
En los últimos años The Supersónicos ha hecho varios ejercicios de estilo, pero ahora regresaron al pago del surf rock para darle voz a un nuevo personaje de su multiverso: Braian “Wilson” Ferreira, el creador de la cumbia surf uruguaya.
Celebrando el “legado” de esta figura perdida, recuperan sus canciones con teclados cumbieros y la clave del candombe, con letras que –oh casualidad– reflejan con ironía mucho la realidad política actual.
Probablemente no estaba en el bingo de nadie que en 2022 The Supersónicos hiciera una sátira política vestidos de camisa floreada y poncho. Pero aquí está y no solo es necesario ahora más que nunca, sino que además es extremadamente divertido.
KL
18) Camila Ferrari - De los Bordes
La texturas de voces, un coro de multitudes y la voz de Camila Ferrari salen al cruce de un 2022 cargado de música digital, con un registro de música principalmente acústica.
Un disco con un gran trabajo de producción y con una voz impecable, como se oye en el vibrato vocal de Para Acordarse y que suelta melodías que son “como un eco viejo que viene de un lamento”.
En pocas palabras: quien escuche este álbum se enfrentará a una de las obras mejor cantadas este año. Un trabajo que brilla con luz propia, como el aura que surge De los Bordes de otro de los discos del año.
Ismael Viñoly
17) Demoledor - Folclor
El último crooner de Montevideo se mueve por la Ciudad Vieja y se llama Demoledor. Canciones simples con buenos arreglos que lo hacen un disco de fácil acceso, pero de difícil salida, porque uno podría permanecer años en las melodías de 2000 Besos o en Janaína y sus ritmos aletargados y valses cansinos.
Su gráfica, por otra parte, zurcida en base a ilustraciones de Ross Keegan rematan la nueva encarnación de un Jhona Lemole que, tras participar en distintos proyectos, se encuentra en la voz de un descosido que deambula por la peatonal Sarandí.
IV
16) Ana Prada - No
Un álbum de melodías con la puerta siempre abierta y con su voz en el corazón de la obra. Letras que en un presente agrietado reivindican el punto medio y la indecisión. Y un registro cuyas colaboraciones marcan algunos de sus puntos altos: con Jorge Drexler en la ranchera Palabras de Amor y con Natalia Oreiro en No Hay Verdades. Son solo algunas de las notas que presenta No de Ana Prada.
Abriendo su costado pop junto al productor Pedro Alemany, sin alejarse de su raíz folklórica, la cantautora reúne aquí temas transparentes y encuentra un cierre perfecto en No es Hoy, que termina siendo –además de una gran canción– una sabia reflexión sobre la naturaleza del pasado, del presente y del porvenir.
IV
15) La Foca - Los Nuevos Recuerdos Vendrán
La Foca es una de esas bandas que tienen la muy admirable habilidad de sacar luz de la oscuridad. Incluso en los momentos de mayor quiebre y tristeza, encuentran la manera de dar forma y construir. Los Nuevos Recuerdos Vendrán, ya desde su título, refleja eso.
La pérdida de un gran amigo de la banda fue lo que en principio destruyó, y luego terminó siendo el elemento unificador y transformador de estas canciones. Partiendo de la alegría capturada en las voces que cantan al unísono la preciosa Millones, liberan tensión en la contundente Uno o Dos, y nos llevan por los recovecos de una memoria que será agridulce pero siempre optimista.
KL
14) Sylvia Meyer - ¿Quién? + Un Desánimo Nada Triste
Sylvia Meyer nunca se fue, estuvo siempre en sus canciones. Estuvo escondida entre las composiciones de sus colegas; en los programas de la Comedia Nacional; en el misterio de un nombre que no aparecía en las bateas de Tristán ni en las digitales. ¿Quién? llega para demostrarlo. Entre nuevas y anteriores composiciones, solo a piano y voz, Sylvia nos vuelve a ofrecer una extraña y cautivante belleza, sea sobre la desgarradora poesía de El Amor como Razón del Fin del Mundo, o el dadaísmo de El León Ruge.
Su presencia e influencia definitiva queda en total evidencia en el compilado Un Desánimo Nada Triste de Feel de Agua, con versiones de Dani Umpi, Fabrizio Rossi, Patricia Turnes, Diego Presa y más. Este trabajo –editado en su cumpleaños– confirma su legado tanto por el respetuoso tratamiento que lxs artistas hicieron de sus palabras y melodías, como en la preciosa y diversa forma que las hicieron suyas.
KL
13) Santiago Moraes - Hogar
Hogar, el tercer disco de Santiago Moraes es disco caluroso, ideado para escuchar con una camisa floreada y desabrochada. En Huele Amarillo lo demuestra con sus sabrosos arreglos cubanos. Giselle es encantadora; en Niño da un golpe de efecto con una canción rockera; mientras que Blus de Mario sustituye en su fondo los sonidos de los campos de algodón por los bichos que zumban por los márgenes del Río de la Plata.
Nacido en un hogar uruguayo pero criado en Argentina, este disco fue editado por el sello local Little Butterfly Records. Y si bien su título remite a aquel lugar al que siempre se vuelve, hay mucho de viaje en sus temas. Quizás por esto, el Hogar de Santiago sean las canciones que desconocen de fronteras.
IV
12) Disco del Año - DDA
El último capítulo de un punk con pasado hardcore editó un EP que a meses de su salida muestra algunas de las mejores notas del rock local. Vestidos como una banda de cumbia y alternando entre bailes mutantes, el registro es un cambalache sonoro amigable, que no busca agradar pero que resulta agradable en su escucha gracias a su simpleza melódica.
Disco del Año tiene ex integrantes de Hablan Por La Espalda y Motosierra, y propone canciones filosas (Colonia y Tristán) y dulces (Beto), que son como el pastel de alambres que ilustra su tapa.
IV
11) Tormenta - Nací un Día Lluvioso y Moriré Cerca del Mar
Uno de los grandes debuts del año se lo lleva la rapera pedrense Tormenta. Sus nueve tracks nos pasean por los arcanos mayores del tarot –como se deja ver en su hermoso arte– y configuran un manifiesto del rapeo más feminista y queer.
De “lengua larga y peleadora”, Nací un Día Lluvioso y Moriré Cerca del Mar es también uno de los grandes discos del rap nacional actual y recorre pistas que rozan el infierno en un under montevideano que hibrida géneros y estilos. Son canciones de rap esotérico, sensual y fresco. Sin dudas una tormenta de 25 minutos en la que vale la pena dejarse mojar.
IV
10) Mansalva - Mansalva
Solo hace falta cerrar los ojos para imaginarse dentro de esa ronda de canto. Aparecen dos voces, al rato unas más, otras suenan en la lejanía, hasta que al final lo único que resta es abrir la boca y sumarse.
El disco debut de Mansalva captura composiciones –que como en Carbón, ese track vocal central–, más que canciones son reflexiones íntimas, mantras y desahogos catárticos. Gritos internos que necesitan salir para encontrar su eco. La música es mínima y orgánica, porque lo que pasa en las voces es el remolino de vulnerabilidad, intensidad y emoción que atrapa todo. Es imposible no dejarse atravesar sin salir interpeladx de él.
KL
9) Jorge Drexler - Tinta y Tiempo
Como cualquier escritor, Jorge Drexler también siente el pánico de enfrentarse a la hoja en blanco. Pero ante ese pesado dilema, sabe lo que necesita: tinta y tiempo. Tinta y Tiempo. Su decimocuarto trabajo de estudio en 30 años de carrera captura a un músico saliendo del aislamiento y el bloqueo creativo gracias a la colaboración. Así llega a un hit como Tocarte, el verdadero himno a la necesidad imperiosa de contacto humano, creado junto a C. Tangana. Y además, hace aparecer a una nueva versión de Drexler, una que –en sus palabras– se arriesga a ser más “simple” en su esquema de rimas.
Pero sabemos que nada de esto es simple; no es solo tinta y tiempo. Detrás de todo esto hay también mucho trabajo y talento.
KL
8) Gonzalo Deniz - Mientras tanto, en Montevideo
Como si se tratara de un ejercicio de resistencia, donde en vez de hacer crossfit compone y versiona canciones, Gonzalo Deniz lo dejó todo en esa larga sesión llamada Mientras tanto, en Montevideo.
En Baila, una de las seis nuevas canciones, se aprecia el atisbo de un costado bailable, visceral y físico dentro de su discografía. Adonde Van los Pájaros con Luciano Supervielle es uno de los puntos altos y Tu Nombre Tatuado, cuya versión gana en profundidad al despojarse instrumentos y otorgarle mayor protagonismo a los vientos, otro.
Como un reseteo a medio camino entre lo viejo y un nuevo comienzo, Mientras tanto, en Montevideo conserva lo anterior de Deniz y coquetea con un futuro al que –como dice en los versos de Alrededor de una Estrella– “lentamente está viajando”.
IV
7) Los Bitchos - Let the Festivities Begin!
La música de Los Bitchos es una fiesta, y ahora con su primer disco hicieron que dure todo el año. El cuarteto internacional conquistó este año el circuito de festivales de Europa y Estados Unidos con este trabajo producido por Alex Kapranos, en el cual condensan un montón de músicas bailables para llegar a esta receta particular.
Armaron un buen cocktail partiendo de influencias de la cumbia (psicodélica, peruana y rioplatense), para luego ampliar el paladar con ingredientes del surf rock y el western, la psicodelia turca e incluso algunas notas de funk y batucada brasileña. Todo coronado con una buena dosis de tequila. Es dulce, es alegre y te va a hacer bailar toda la noche.
KL
6) Facundo Balta - Cuando Me Mires
Facundo Balta ya era una estrella mucho antes de haber publicado su tercer disco. Promesa cumplida del Carnaval, este año la rompió como solista a fuerza de puro talento, consiguiendo el aval de Jorge Drexler y No Te Va Gustar.
Con una estupenda voz y una exquisita curaduría musical llena de fusiones y propuestas que celebran la tradición y la tendencia, Cuando Me Mires es el arquetipo de un nuevo pop a la uruguaya. Desde Simple! –el hit del disco y uno de los mejores candombes pop que han salido en los últimos años–, a la delicia cadenciosa de bajos y flow lamariano de Veneno; de la balada desgarrante de Lágrima a la cumbia reggae de El Uno Para el Otro, Facundo demuestra lo potente de su brillo.
KL
5) Paul Higgs - Tridimensional
Alegría, swing y el mejor pelo del rock nacional tridimensionan en Tridimensional de Paul Higgs, otro de los discos del año editado por Little Butterfly Records.
Comienza con Adoquines, iniciando un viaje ligado al funk, a las guitarras acústicas y a la honestidad compositiva que brota en cada tema. Por otra parte, en el celeste y blanco de su carátula, que recuerda a los colores del pabellón nacional o a los ribetes de una escarapela, rebotan influencias que van desde Ruben Rada a Claudio Taddei. Por esto y por mérito propio, el álbum termina siendo un caleidoscopio que compendia algunas de las mejores voces del rock nacional, pero con la frescura y la voz de una nueva generación.
IV
4) Naoko - URBE VORTEX
En un rincón húmedo y oscuro de Montevideo hay una botella de cerveza caliente esperando ser tomada, ecos lejanos del mismo rock de siempre y una chica harta de que el rancio de turno le coma la oreja. Esa es la escena en la que parece ubicarse URBE VORTEX, el primer álbum de Naoko, pintada con guitarras post punk, momentos dream pop, bases four-on-the-floor y una sutil influencia del hip hop. Pero principalmente, fantásticas letras.
En ellas critica las figuras machistas de la musa y la corista, y refleja con sorna varias de las verdades de ser mujer y joven en la escena musical uruguaya, sea tanto arriba como abajo del escenario. “Yo quiero ser una mujer / pero no sé dónde empezar / no sé a quién le puedo copiar / nunca la vi, no existe”, canta con un poco de ironía y algo de verdad en CORISTA TEMPORAL. Pero esa lucha contra el vetusto statu quo ya está casi ganada. Así lo deja dicho bien claro en CASSANDRA: su momento, nuestro momento, es ahora.
KL
3) Eros White - Psicosis
Literalmente todo el mundo la pasó mal durante los dos años pasados, pero poca gente supo capturar este período en una frase tan elocuente como: “Otro día más de mierda en una semana horrenda”.
Así es Psicosis de Eros White, el primer disco en español del músico que ya había dejado altísima la vara del pop uruguayo con Formula, y ahora redobla la dosis. Lleno de humor irónico, vaivenes entre el ego explotado y la depresión, liberación y catarsis a través del baile, aquí Eros se permite ser imperfecto, abriéndose y mostrando tanto su oscuridad como su corazón.
Pero cuando se trata de la producción, está absolutamente todo pensado. Juega con las expectativas comenzando abruptamente el álbum con Enfermedad; agrega codas para llevarnos dentro de su mente como en ¡Qué Horror!; y en Ojo por Ojo crea mezclas deliberadamente mal para sugerir inestabilidad.
Aquí y a pesar de todas las adversidades (una pandemia mundial, computadoras que se rompen en el peor momento, vivir en Uruguay) llegó a las canciones más ajustadas, irresistibles y más personales de su repertorio. Y ahora además coreables.
KL
2) Lila Tirando a Violeta - Desire Path
Cuando hicimos su reseña la titulamos “Embrujo Digital”, y Desire Path es un disco cuyo hechizo no ha parado de crecer. Tanto que conquistó algunos de los rankings más prestigiosos como el de la mejor música electrónica del 2022 de Pitchfork.
Piiila lo anticipó, y lo de Lila Tirando a Violeta fue sin lugar a dudas uno de los grandes lanzamientos del año. Sus repercusiones internacionales y el casi mutismo que circula en torno a su figura en lo local, dan cuenta de que el periodismo cultural local hace oídos sordos a algunas escenas y artistas. Sobre todo la electrónica vernácula más alternativa, de la que Lila es puntal.
En Desire Path, Lila condensa sus variadas investigaciones en el mundo de la experimentación, abandona lo amorfo de sus registros anteriores y presenta un disco que va a la médula de la electrónica más negra con beats afilados a la cabeza. Tungsten Tears y sus marimbas podrían calentar cualquier pista al igual que Caminos del Deseo. El registro continúa subiendo la temperatura con Aguas Violentas, que será recordada como una de las canciones más agresivas y potentes que se editaron este año.
Aquí Lila dio una muestra de cómo una carrera que lleva más de diez años sonando puede reinventarse para sonar más fresca y vigente que nunca.
IV
1) Knak - KORTA I y II
El 2022 será un año que Knak recordará para siempre. Sacó dos EPs, KORTA I y II, varios simples, teloneó a Dillom, se fue de Argentina, tocó en el Primavera Sound, la rompió y finalizó el año haciendo poguear al Antel Arena entero cuando abrió el show de Ysy A.
Pero yendo a un toque más modesto, su presentación en Magnolio Sala hizo notar que la comunión entre Knak y su público es total. Como se oye en Okey, en sus shows es “la gota”. Y si KORTA I ya fue un gran lanzamiento, su secuela no hizo más que consolidarlo, profundizando su flow suave con bases de trap finamente destilado, pero llevándolo un poco más lejos. En KORTA II, por ejemplo, se atreve en Poko a lanzar versos a caballo de un funk carioca, pero desde el lugar menos brasileño del mundo: Buenos Aires.
En Puentes lo afirma: es el EP del año “y solo tengo 20 años”. El presente de la música nacional está en Knak, Eros White o Davus, y en ellos se ha encontrado cierto cambio generacional. Por si fuera poco, el pasado 15 de diciembre en plena “bajada” sacó Muñeka, otro gran simple que demuestra que el rapero no para y como dice en en las barras de Facts: “hago un par de hits en el estudio mientras vos dormís”.
Quizás estuvimos dormidos, pero Knak este año seguramente estuvo más despierto que nunca.
IV