Feli Colina, desde El Valle Encantado llega por primera vez a Montevideo

Kristel Latecki

Los primeros recuerdos que Feli Colina tiene del folclore están vinculados a su infancia. Su padre cantaba y tocaba la guitarra en los asados familiares, e inventaba juegos de canto para que los hermanos probaran su voz y oído, premiando a quien entrara a tono. También guarda recuerdos de las navidades, cuando se hacían los pesebres vivientes en las plazas salteñas y se cantaba la Misa Criolla

La pandemia mantuvo a Feli alejada de su Salta natal, y ese sentir nostálgico empezó a alimentar su música. Ya en 2019 había editado Feroza, el disco que famosamente fue grabado en Abbey Road como premio de un concurso televisivo y producido Juanchi Baleiron de Los Pericos. Es un trabajo que sentó bases: la fusión de géneros, la teatralidad, el sincretismo. Pero estaba en Buenos Aires, aislada de sus raíces y junto al productor Baltazar Oliver empezaron a revisar discos y volver a escuchar canciones que remitían a esa infancia. 

El Valle Encantado (2022) es el resultado de eso que ya estaba en su ADN y encontró una forma de aflorar que terminó de definirla como artista. “Porque mi manera de hablar es de mi lugar”, cuenta desde España, donde está tocando antes de llegar por primera vez a Montevideo. “Me como las eses, tengo una cadencia que es folclórica. Creo que la música que es del lugar de uno, uno ni la elige. Es tu cultura. Entonces, creo que todo eso antes estaba también, pero El Valle Encantado y Lxs Infernales nacen muy directo de eso”.

Entre chacareras y carnavalitos, ritmos a medio camino entre folclóricos y reggeatoneados, y rezos a las deidades naturales, Feli se consagró como una de las artistas argentinas que deciden aún cantarle a su lugar de origen desde una mirada vanguardista. Y selló a fuego su música con shows que elevaron la escucha a una experiencia feroz, una celebración pagana.

Eso se revela en su más reciente EP, Lxs Infernales (Del Valle Encantado) (2023), una colección de versiones de temas que inspiraron al disco anterior y representan parte de esa voracidad que tiene su espectáculo en vivo. Está Chakaymanta de Los Hermanos Ábalos, Trigal de Sandro, Babalú de la cubana Margarita Lecuona. Pero no podía faltar Gloria, parte de esa Misa Criolla que todavía recuerda cantar de niña. 

Feli Colina llega entonces a Montevideo este jueves 13 de junio a la Sala del Museo, con una presentación apertura de Inés Errandonea. Y con ella charlamos sobre las raíces, el paganismo y su pelea con la oscuridad.

¿Hay alguna canción de El Valle Encantado que sientas que haya desbloqueado todo el proyecto, que haya sido la semilla que luego fue nutriendo todo este valle?
La primera canción que compuse fue Chakatrunka. Pero todavía estaba muy teñida de Feroza. Yo todavía no sabía qué iba a ser. Tal vez Aguatera fue la que me hizo entender que era un disco folclórico Es naturalmente un carnavalito norteño, y también tiene como ese estribillo candombero, rioplatense. Fue la que me hizo entender un poco más el proyecto. Y después sí, fueron bajando las canciones que faltaban y las que estaban como que tuvieron sentido.

Para hacer mención a Feroza, quiero traer la canción Oscuro. Ahí cantás: "lo que ves de luz lo tengo de oscura". ¿Hay algo de la oscuridad que te seduzca?
Sí, la verdad que sí. Pero te voy a contar algo. Yo creo que hay gente que nace más naturalmente luminosa, ¿no? Viste viste esos niños que se conmueven con una plantita, que ven un gatito bebé y le hacen mimito. Y hay otros que rompen el juguete, llegan y gritan, le hacen un chiste medio bully al chiquito de al lado. Eso no significa que esa sea la naturaleza para siempre, son como predisposiciones de carácter. Yo siento que soy una persona que nació más destructora. Entonces, desde que tengo conciencia intento suavizarme. Intento ser cada vez más empática, y generar esa luz en mi ser. Por eso, creo que hoy en día no es que me genere un atractivo la oscuridad. Pero sí durante mucho tiempo quise suavizarme, reprimiendo esta cosa como más oscura. Y Feroza cuenta un proceso en el que yo me permito de alguna manera hablar de estos sentimientos no tan bonitos que tenía, para poder sacarlos y que salgan de mí de verdad. Tuve la maravillosa suerte de cruzarme con la música en la vida, y de poder hacerlo con música, con baile y con performance, y no tener que hacer demasiado daño intencionado. Y yo creo que un poco de eso debe hablar Oscura.

Quería traer esto, porque también hay mucho de lo pagano sobre todo desde El Valle Encantado en adelante. Lo pagano, la iconografía religiosa, la herencia africana, ¿te inspira a nivel musical y estético?
Primero, a nivel estético me fascina. Me encanta. Me interesa mucho la espiritualidad, es lo que más consumo. Tal vez no consumo tanta música como información espiritual. Me interesa esa información para conocerme, para sentirme más tranquila y para generar más tranquilidad en el resto. Y siento que todos los idiomas espirituales son el mismo. Entonces, cuando canto el "gloria a Dios en las alturas", o "Babalú aye", o cuando canto "el duende está enamorado", o cuando le pido a la musa en El Valle Encantado, o hablo de la madre energética universal de todo en Madre, para mí estoy hablando de lo mismo.

Me gusta esta belleza barroca que tiene el lenguaje católico. Me gusta esta belleza mitológica que tienen tal vez las religiones afrodescendientes o el folclore nacional argentino. Estas mezclas de animales con humanos y estas criaturas mitológicas me parecen bellas en su imagen y bellas en su historia. Y siento que el paganismo tiene una cosa conectada con el cuerpo y con la tierra, y con el uso de la voz y de la cadera muy entre sexual y espiritual, ¿no? Entonces sí, me atrae todo ese mundo muchísimo. Y siento que siempre voy a jugar con eso, con todos los idiomas que traten de descifrar al humano. La psicología, la filosofía, la espiritualidad.

En este último tiempo has hecho muchas colaboraciones también, que exploran otros costados de tu música. ¿Cuáles son las condiciones o las conexiones que se tienen que dar para que hagas un feat?
Conectar con la letra de la canción, conectar con la onda de la persona con la que la haga, y tener espacio para aportar o en la producción o en la melodía. Compartir un criterio, un criterio desde cualquier lado. Por ejemplo, Florián (Fernández, hijo de Vicentico) estaba en una etapa más tanguera, que yo la puedo asociar más con esta cosa folclórica, entonces esa poesía nos unió. E incluso la música de Condenada tiene esta cosa como tanguera, y él tiene toda la influencia Cadillac, ¿no? Y con Blair pienso que conecto con su energía más roquera escénica, o con su voz que es un poco más pop, que también es parte mía. Entonces sí, que sea un lugar en el que yo pueda aportar, en el que los dos podamos hacer a la canción más bella.

Estás viniendo a Montevideo por primera vez a tocar. ¿Qué se puede esperar de este show? 
Estoy contentísima, porque en muchos shows de Buenos Aires viene gente de Montevideo. Así que tenía muchas ganas de ir para allá. Aparte no conozco Montevideo, entonces también tengo ganas de conocer la ciudad. Y voy con la percusionista, la pianista, unas pistas y con vestuario, a hacer un recorrido de los tres álbumes. Y se arma algo lindo cuando a otros países, que es que también quedó medio a disposición, a la carta. Siempre pregunto si hay alguna canción que no canté y que quieran escuchar, y por ahí improvisamos.