Lucy Patané y sus 30 años de carrera sonarán en la Sala Zitarrosa
Kristel Latecki
Este año la artista argentina Lucy Patané estará celebrando 30 años de carrera. Porque tenía apenas 9 cuando empezó a subirse a los escenarios, con un bajo un poco más grande que ella misma en la banda Sangre Azul, conformada entre otros por su hermana y su padre, en el rol de director musical. Pasó luego por el hardcore, con Panda Tweak; por un alternativo que combinaba rock con jazz y swing en La Cosa Mostra, banda que la unió con su amiga y colaboradora Paula Maffía. Fue con ella que continuó por los rumbos retro, reviviendo temas de los años 40 y 50 en la orquestina Las Taradas; para luego crear junto a Mene Savasta y Marina Fages canciones acústicas que editaron como El Tronador. Es productora, compositora de bandas sonoras, y como música sesionista acompañó a la mismísima Natalia Oreiro.
Con toda esta experiencia a cuestas, recién fue en 2019 que decidió firmar un disco con su propio nombre. Su debut, Lucy Patané, condensa todo eso que la trajo hasta acá. De lo más acústico a lo experimental, con momentos instrumentales y letras potentes. Y como ya venía con el envión, desde entonces no paró.
Este año editó el disco en vivo Salir de Acá!, que captura a su banda dándolo todo junto a amigas y colegas musicales, y también el EP Lesbiandrama, que la reúne nuevamente con Paula Maffía. Y ahora, este sábado 2 de setiembre llegará por primera vez sola a la Sala Zitarrosa en formato acústico, acompañada de sus guitarras de seis y doce cuerdas, y la saxofonista Checha Rodríguez. “Vamos a experimentar un poco”, adelanta. “Voy a tocar todas mis canciones y seguramente toque también canciones que últimamente estoy agregando al repertorio, que son canciones de otros colegas y cosas que me gustan un montón”.
En la charla repasamos algunos de esos momentos de una extensa y repleta carrera.
Después de tanto tiempo de andar en la vuelta con tus mil y un bandas y proyectos, ¿por qué recién en 2019 decidiste salir con un disco solista?
(Risas) Viste, cada cosa tiene un tiempo, ¿no? Quizás podría haberlo hecho antes, no sé. La verdad es que me enrosco bastante a nivel creativo. No sé si vivo la creación como una liberación. La vivo más desde un lugar de tragedia. No sé cómo explicarlo, pero es bastante enroscado. Entonces, después de muchísimos años de estar tocando, organizando shows, poniendo fuego y energía para que esa máquina autogestiva funcione, en un momento me di cuenta que no me estaba pasando ese fuego gigante que necesito para avanzar. Y estaba en proyectos súper copados. En Las Taradas, acompañando a Paula Maffía en su proyecto solista, acompañando a Diego Frenkel, lo de Oreiro. Estaba trabajando un montón, súper. Pero había algo que no cerraba. Y me di cuenta que tenía que empezar a pronunciarme, de algún modo. Pero había un temita con la voz. Me daba mucha vergüenza cantar, pero a la vez me sentía peor no haciéndolo. Y en 2017 más o menos tenía unas ideas, unas canciones y empecé a grabar. Y tardé como dos años en hacer el disco que quedó. Hubo un momento que me enganché y ahí le di con toda.
¿Hubo algún tema o suceso que hiciera que se desbloqueara todo?
Fue un viaje que hice. Una residencia artística en Brasil donde conecté con otras pibas de otros países, y con otras formas de abordar la música. ¿Viste cuando tenés experiencias en donde no te conoce nadie? Ahí un sacás lo mejor que tenés para hacer. Además, la residencia era bastante creativa, había que componer en conjunto. Entonces de ahí me volví con una energía muy copada. Necesitaba un poco eso, reafirmarme en otros lugares, en otras cosas. Volví, grabé con todo y lo terminé así muy, muy, muy a full.
Bueno, justo tenía una pregunta apuntada para otro momento pero viene a tema. ¿La razón de que haya un pandeiro en Clavícula va por ahí? ¿Por ese viaje a Brasil?
(Risas) Es gracioso, porque eso lo grabé antes de ir a Brasil. En la casa de mis papás hubo y hay mucha música dando vueltas. Y la música brasileña fue siempre bastante importante. Mucho Hermeto Pascoal, Gismonti. Pero lo gracioso fue que yo grabé ese pandeiro acá, y cuando fui y se lo mostré a las pibas brasileñas no entendían mucho. "Medio hindú" me decían. (Risas) Una re flashea que hizo algo muy claro, un guiño y a veces del otro lado se lee de otra manera y eso me pareció espectacular. Era más sincero aún.
Es un disco que tiene muchos detallecitos e influencias que van por lados recontra diferentes. ¿Cómo fue navegar en todo esto? ¿O simplemente sentís que plasmaste todo lo que se te ocurre y representa?
Para mí es muy importante tocar, más que componer. O sea, no me siento y hago una canción. Necesito tocar los instrumentos, y a través de eso empiezo a armar los arreglos. Al principio pensé que tenía que hacer tres EP: uno eléctrico, uno acústico y uno instrumental. Y mi gran amiga Mene Savasta, que es una gran música y de hecho toca en mi banda, me dijo: "no. Vos te la tenés que bancar, porque esto es un disco. Tenés que hacer que todos esos universos convivan". Y ese fue el desafío: tener un tema medio industrial como Ya no Quedan conviva con Búhos, que es como con la guitarra de doce y como un poco más sensible. Y bueno, todo va a convivir porque es mi sonido y mi forma de abordar. Ese fue el camino más copado a nivel de dificultad digamos.
Y además de producir, crear bandas sonoras, tocar con otros artistas y con tu propio proyecto, ¿hay algo que sientas que todavía no hiciste y que quieras hacer?
Creo que más o menos voy poniéndole los ticks a todo lo que con la música voy haciendo. Por ejemplo, me gusta bastante lo colaborativo. Hicimos el EP con Paula, que si bien ya hicimos otras cosas, este fue con un encare un poco diferente. Y ahora también estoy con ganas de hacer otras otras músicas con otras personas. Me gusta mucho cuando hay algo que se genera desde la nada, ¿no? Como desde una improvisación, por ejemplo. Eso es algo que años atrás hacíamos mucho. Por ejemplo, con Mene Savasta y Marina Fages improvisábamos bastante. Eso es algo que me gustaría ahora volver a rescatar: música que existe en el momento que se toca y después ya está.
Hablemos entonces del EP con Paula , Lesbiandrama. ¿Cómo volvieron a colaborar?
Por supuesto, como todo lo que hacemos con Paula, esto sale de un chiste. El nombre surgió hace mil años atrás cuando ensayábamos con La Cosa Mostra. Paula y yo nos quedábamos aparte en el ensayo un rato dándole a unas ideas. Y decíamos "che, ¿por qué no hacemos un dúo?". Y ahí surgió lo del Lesbiandrama. Quedó el nombre, quedó en la nada, pero siempre nos quedaban esos ensayitos grabados. Paula justo fue mamá el año pasado, de repente apareció ese deadline y grabamos cuatro temas. Y ahora estamos intentando hacer la segunda parte.
¿Sentís que sea un espacio más para, por decirlo de una forma, la pavada, el humor o sacar otro tipo de de picanteo?
Creo que pasan varias cosas. Creo que las dos logramos en Lesbiandrama ubicar ciertas músicas e ideas que en nuestros proyectos por separado quizás no cuajan. Hay cierta libertad con búsquedas sonoras que también nuestros proyectos solistas no lo haríamos. Como buscar una cosa, no ochentosa, pero un poco sí. Tipo Azúcar Moreno. (Risas) Y creo que también nos sirve como ejercicio trabajar juntas. Porque, por ejemplo, yo me enrosco bastante con los arreglos. Como que a veces quiero hacer cosas muy raras. Y Paula apunta y defiende la canción. Es como un ejercicio para las dos. Aparece algo nuevo, y eso es espectacular.
Ya estarías cumpliendo treinta años de trayectoria. ¿Qué aprendizaje, sabiduría o consejo sentís que haya definido tu carrera?
Creo que el hacer con otro. Desde formar una banda, hasta grabar tu disco y que alguien más esté con vos haciendo eso. No estar tan sola, ¿no? Me parece que eso es lo que fui entendiendo con toooodo lo que fui haciendo. Y por sobre todo, que algo de todo el proceso –de lo que significa tocar, crear, grabar, tocar en vivo, producir fechas, que te vaya más o menos bien–, que algo de todo eso te de satisfacción. Creo que cuando eso ya empieza a no ser muy satisfactorio, algo hay que revisar. Pero para mí lo más importante es eso: el haber entendido que sin la otra persona a mí siempre me falta algo. Muy ascendente libra, del reflejo con el otro.
Para cerrar, retomando el arranque de Clavícula, ¿la música nos va a salvar?
Ay, no sé. ¿Qué querés que te diga? Creo que lo que te dije antes nos va a salvar: hacer con otro. Y si la música significa eso, entonces sí. No sé de qué nos va a salvar. Algo va a colaborar. Así que sí.