Vincent Vega celebra más que la música, la amistad

Foto: Alejandro Mazza

Foto: Alejandro Mazza

Kristel Latecki

Desde aquel primer show en el sótano del Living, mucho ha pasado para Vincent Vega. Matías González Marichal y Mauricio Sepúlveda comenzaron como un dúo que se encontró a sí mismos tocando canciones de los Beatles a guitarra y armonizando naturalmente. Luego crecieron como banda, editando tres discos. Cada uno denota una personalidad sonora que fue evolucionando de acuerdo a sus necesidades y formaciones. Y ahora, tras diez años de hacer carrera en el under, celebran lo conseguido con un show hoy en la Sala Hugo Balzo.  

“Nos dieron ganas de festejar. Es una linda sensación”, cuenta Matías. “Creo que es una celebración de la música, pero también de la relación humana entre nosotros. Es una celebración de la amistad. Va por ese lado”.

Con esa idea, contarán con varios amigos invitados al escenario. Participarán Gonzalo Deniz de Franny Glass, Ellas Cuarteto de Saxofones, Ismael Barbé, Manuel Contrera, Juan Pablo Chapital y Alberto Mandrake Wolf, que los acompañarán en sus más recientes canciones, así como también en versiones de anteriores temas. 

Para repasar su discografía y detallar su evolución sonora hablamos con Matías. 

 

Toda una generación de músicos está llegando a sus diez años de carrera, demostrando una trayectoria y un impulso aplaudible, pero que en el mercado uruguayo no se traduce en un salto grande en popularidad, o que la prensa te preste más atención o que dejes de ser indie. Es un fenómeno particular.
Claro, todo es en la escala under de Montevideo y en el circuito mega chico que hay. Cumplimos 10 años en mayo, y ese día jodíamos con Mauri que es la relación más larga en la que hemos estado en la vida (risas). Además de los amigos de la infancia. 
Y es una cosa curiosa ya desde ese lado: hacer algo que perdure ya es un huevo. Tiene muchos aristas que tenés que valorar, desde el relacionamiento entre nosotros, el trabajo, las canciones, yo que sé. Es una cosa grande. En esta escala, ¿no? Pero estamos tratando de disfrutarlo.

¿Cómo definirías esa relación entre ustedes?
Es una relación de amistad que tiene algo de relación profesional, relación creativa, y todo eso forma un cóctel explosivo. Somos compañeros, primero que nada. Con Mauri, Fabián y Fernando, y tratamos de que cuando haya tiranteces trabajarlas, hablar mucho. Somos todos medio psicólogos, entonces tratamos de que todo sea fluido. Creo que hemos sido bastante exitosos en ese sentido.

En cada disco que han sacado han quedado plasmadas las diferentes etapas que tuvieron: primero el dúo con Mauricio, luego su primera exploración en el formato banda y luego un perfeccionamiento del sonido. Pero primero vayamos al principio, ¿Cómo pasaron de tocar la guitarra en el patio de la Facultad de Psicología a hacer canciones? ¿Cómo encontraron que sus voces eran compatibles y funcionaban bien juntas?
En los proyectos que tenía antes siempre cantaba yo, porque no tenía amigos cuyas voces me gustaran especialmente. A mí los Beatles siempre me gustaron, y a Mauri también, entonces cantábamos sus temas y quedaban bien.

¿Quién era quién?
Siempre fuimos rotando. Algunas canciones le quedaban bien a él, otras a mí. Y nos copamos, vimos que podíamos hacer temas nuestros que fueran en esta onda. Y fue así, se dio natural. 

Eso terminó siendo la seña de identidad de Vincent Vega: la combinación de las voces.
Sí, siempre tendimos a hacer armonías de dos voces. Creo que acá en Montevideo se usaba más eso de hacer las voces octavadas, que un cantante haga la voz grave y otro la aguda. Y nosotros naturalmente lo llevamos a la armonía, que él canta una y yo otra, y juegan juntas. Salió así y funcionó de entrada.

¿Naturalmente se complementan en ese sentido?
Sí, porque Mauri tiene un registro un poco más bajo, y yo tengo uno más agudo, y funcionan bárbaro. Eso quedó en el primer disco, después cambió un poco. 
Los primeros temas que teníamos estilísticamente iban por un lado medio folk, Sui Generis, Simon and Garfunkel, y nos copamos. Justo por esa época empezamos a trabajar con Guile Berta, le mostramos los temas y le comentamos que queríamos grabar un disco con él. Y se copó con el lenguaje acústico. Él aportó ideas de producción, algunas cosas que no funcionaban sugirió cambiarlas, así que parte del trabajo de ensamblaje la hizo él.

En ese momento que salió Vincent Vega, fue un momento donde muchas bandas de acá empezaron a incorporar el sonido folk y el country. ¿De donde pensás que vino eso?
No sé, creo que ahí tiene que ver la apertura que significo internet, los blogs como Stay Free y POTQ, en los que subían discos a RapidShare. A nosotros Dylan nos gustaba, Simon and Garfunkel, Sui Generis, y al menos en nuestro caso ese acceso compulsivo a las discografías completas nos llevó a hacer un foco en un sonido acústico. Y a la vez se vio propiciado por la cuestión de que el circuito montevideano se abrió a espacios no convencionales, como librerías, barcitos chicos. Y creo que también a los boliches les sirvió porque no necesitaban mucho equipo. Te sacaban con una caja, un micrófono y más nada. En cambio, para una banda es otra la logística y los costos. Fueron varios factores ahí que lo propiciaron.
Bueno, Franny Glass había sacado un disco; el origen de Carmen Sandiego también fue medio acústico; estaba Lucas Meyer arrancando, y todo lo suyo pasaba por un sonido acústico y de madera.

Siguiendo por el segundo disco, El Gran Galgo, tuvieron otro productor que fue Leandro Rebellato (Las Cobras, ex Ufesas). Y por allí Vincent Vega se transformó en banda.
Sí, Lea era compañero de generación de facultad y nos fuimos haciendo amigos. Y nos empezamos a juntar con Juan Chilindrón, que es el bajista de Bolsa de naylon en la rama de un árbol. Él empezó a tocar el bajo y enseguida ese formato nos pidió batería y empezó a tocar Emiliano Pérez Saavedra, que es el batero de AFC y toca también con Alfonsina. Con él nos conocemos desde sus 7 años. 
Las canciones que originalmente eran acústicas del segundo disco empezaron a tener un lenguaje más rock, de ruido, y más contundencia. Y se fue delineando más hacia la voz solista con arreglo de voces. Se desdibujó un poco lo anterior.

Hablemos de Maquinaire y el comienzo de otra etapa con otros músicos. Acá presentaron un estilo más abierto. Ya no es un disco de un género sino varios.
Sí, este disco lo veo como una apertura de estilo, pero también un cerramiento desde lo tímbrico y lo sonoro. Tiene una identidad más definida. Y en estilos está más abierto, en el sentido de que hay rock and roll, hay blues, hay una cosa medio de chacarera, está el vals. En estilos es bastante más abierto y es más respetuoso. Mauri es un gran estudioso de la música y su experiencia en el Cuarteto del Amor lo llevó a aprender de estilo. Ese proyecto tiene una clara identidad.

Hay algo más tradicional, por falta de mejor término.
Sí, totalmente. No sé si conservador es la palabra adecuada, pero es una cuestión de reconocer un género y estilo, y tratar de desarrollarlo. No buscando "innovar", sino que dados los elementos tratar de desarrollar una voz propia ahí.

El trabajo con Juan Pablo Chapital como productor también arrojó un Vincent Vega diferente. 
Para nosotros fue súper raro, porque si bien habíamos trabajado con Guile y Lea, nunca habían habido un rol tan definido. De esa persona a la que le pasás el material, va a los ensayos y más o menos te guía, o te señala cosas que puede considerar como desaciertos. Y como ejercicio creativo estuvo bueno, es interesantísimo. Le dimos la derecha en un montón de cosas.
Lo que estuvo bueno fue que yo venia tocando con un sonido de guitarra re reveberizado, con delay, y él se colgó con ese sonido y pidió que en lugar que estuviese esbozado justamente volverlo una identidad sonora del disco. Y me encantó. Y terminó dándole un timbre al disco que está bueno. Un sonido cavernoso y amplio. En eso fue importantísimo él.

Van a celebrar los diez años con un repaso dela carrera y muchos invitados. ¿Cómo trajeron las canciones viejas al nuevo sonido de Vincent Vega?
La idea era tocar todas en formato cuarteto, pero al comienzo no sabíamos cómo hacer. Era una cosa medio desarmada, porque simplemente decidimos ponerle batería y bajo a las canciones. En un momento nos dimos cuenta que no funcionaba, y decidimos reversionarlas porque no podía ser una simple adición a lo que estaba. Quedaba un Frankenstein deforme. Algunas canciones cambiaron en el ritmo, están más movidas y más pasadas al lenguaje de Maquinaire. Y canciones en formato dúo vamos a tocar un par nomas.

Tiene que haber un momento nostalgia.
Sí, va a haber un momento nostálgico seguro. Hay canciones que no resisten el cambio de formato. Sin lugar a dudas en 10 años te desapegás un poco de lo que hiciste. Hay canciones del primer disco que las compusimos con 18, 19 años. El tiempo es tirano a veces con eso, cuesta verse a uno mismo, te ves como un pelotudo. Le debe pasar a todo el mundo supongo. Algunas cosas ya las descartamos, pero hay algunas canciones que las tenés en el corazón y está bueno rendirles ese tributo.

 

Vincent Vega se presenta hoy en la Sala Hugo Balzo. Toda la información aquí.