Alfonsina se abre a una nueva etapa

Fotos: Agustín Ginesta

Fotos: Agustín Ginesta

Kristel Latecki

Este sábado Alfonsina regresa a La Trastienda para cerrar la etapa Pactos, un disco que transformó su sonido y su carrera, que no solo le ha otorgado premios sino que le ha abierto la puerta a nuevos horizontes en diferentes países de la región. Su más reciente presentación en el Lollapalooza argentino es solo uno de los ejemplos.

Un cierre significa un nuevo comienzo, y para Alfonsina se inicia con un nuevo tema: No te voy a olvidar. Se trata de una canción que temporalmente se ubica entre El Bien Traerá el Bien y el Mal Traerá Canciones y Pactos, pero condensa un aprendizaje posterior.

Esta canción tiene ahora su propio visual, dirigido por Federico Grampín. “Eso es el fruto de mucha gente creyendo en el arte”, cuenta Alfonsina. “Porque hacer un video así no está en las posibilidades de una artista tan chica como yo. Sin embargo, hay mucho compartir, mucha gente que quiso hacer esto y me parece que nos traen otro nivel”. De ese equipo liderado por Federico y su visión poética, Alfonsina destaca la gran presencia femenina: “La directora de fotografía era mujer, también la asistente de dirección, la directora de vestuario y la productora. Eran una cantidad. Y el resultado es una locura. Para mí es un privilegio y habla de nuestro Uruguay en su parte linda. De todo lo que tiene para dar, y el que se anima a dar, gana”.

Además, en este visual Alfonsina continúa desarrollando su interés por el baile. Apoyada por la coreógrafa Francis Torena y un cuerpo de bailarinas crearon geniales y delicadas imágenes. “Cuando Francis vino y me bailó por primera vez el track dije “¡wow!”. Se me cayeron las lágrimas. Me hice la boluda, pero siempre me emociona cuando la gente le pone el cuerpo algo”.

Previo a su show y recién llegada del Lollapalooza, charlamos con Alfonsina sobre la experiencia, el reciente comunicado que lanzaron como colectivo las músicas uruguayas y sobre este próximo show, que contará además con Camila Cardozo como invitada.

¿Cómo te fue en el Lolla?
Me fue muy bien. Lo que te puedo contar es que la noche anterior escuché el set que íbamos a tocar y me di cuenta de estaba demasiado rockero. No representaba todos los pasajes por donde nosotros pasamos, y no teníamos la pista que hacía falta para poder tocar el tema que sí quería tocar. Muertos entre Gastón Vivas, Josefina Cúneo que hace los visuales, mi productora Vale Romano con su compu y yo logramos resolver la pista y al otro día tocamos lo que había que tocar.

¿Qué canción era?
Star. Así que por un momento hubo rayos y centellas, y después fue divino. Ya estar ahí era impresionante, el escenario era inmenso, los compañeros estábamos todos conectados. Pasamos divino y lo dimos todo.

¿Cómo fue estar arriba del escenario y mirar para abajo?
Lo que pasa es que nosotros con esta banda tocamos en festivales grandes de Brasil y teníamos ya algo de experiencia. Pero me sorprendió ver una bandera uruguaya agitando, después a gente cantando los temas y la buena respuesta que hubo.

En las historias de Instagram me sorprendió ver que durante su armado del escenario ya había gente esperando acodada a la valla.
¡Hubo gente durante toda la prueba! Fue a demencia, no los pude sorprender con el vestuario ni nada porque ya estaban ahí. (Risas)
Fue impresionante, estábamos compartiendo festival con gente de otro nivel, que mismo al escucharlos te levanta el nivel de las ideas que vas a tener después. El día 3 yo estaba con una libretita ya armando el setlist de La Trastienda, porque había visto y me había inspirado cosas.

¿Qué viste?
Ví a Rosalía, St Vincent, Lenny Kravitz, Kendrick Lamar, Caetano. A los Arctic Monkeys un pedacito.

¿Cuánto tiempo te llevó más o menos preparar el show?
Y, desde que empecé mi carrera hasta ahora. (Risas) O sea, condensar algo en media hora que sea poderoso, con una banda que ya viene tocando demandó tiempo. Esta es una instancia de equipo, yo soy una pieza más y realmente es así. Tenemos visuales, tenemos una banda entera, tenemos productora de Uruguay y un productor Argentina. Entre todo ese equipo se suma Gau que hizo los vestuarios para el video que salió ahora y que también vamos a usar en los shows, y Picú que me hace los accesorios. Cada vez se agranda más la familia y yo me puedo dedicar a hacer un pedacito de este proyecto. Ya no se trata solo de mí. Y gracias a Dios. Me tuve que encontrar a mí misma para poder compartir desde un nuevo lugar y ahora me relajo. Bueno, dentro de lo que puedo.

Tenemos que hablar de comunicado que lanzaron a través de un colectivo de músicas uruguayas en rechazo al cartel completamente masculino de festivales locales. ¿Cómo surgió este comunicado?
Tenemos un grupo de WhatsApp que es un fuego, una brasa caliente. Y un montón de manos. Cuando salió la programación de la Semana de la Cerveza se discutió y las chicas redactaron bien la carta. Me siento tan representada… es otra vez la misma lección: la de ser una parte, un pedacito de una visión y sentirme en confianza con quienes estoy compartiendo. En este caso es este grupo de músicas mujeres y de productoras también. 
Y me pareció ridículo para el momento en el que estamos ahora. Esta carta se movió un montón, puso muchas cosas en diálogo y eso me pone contenta. Más que condenar lo que pasó me gusta resaltar la transformación y lo que se viene: todo el aporte, toda la renovación, todas las sensibilidades que van a aparecer. Eso es lo que más me interesa. Me mueve y amo estar en un grupo de mujeres que están todas juntas y que estés espalda con espalda. Eso es algo muy hermoso de poder vivir y que creciendo no siempre pude tener, esa potencia grupal.
Por suerte con la voz de muchas se logró trascender a los medios y a la gente.  Estamos en plena transformación y se viene un gran momento.

Hablemos de No te voy a olvidar, que es nueva pero no tan nueva. Ya ha sonado en vivo alguna vez. ¿Cómo surgió esta canción y cómo se transformó hasta ser lo que es hoy?
Esta canción tiene 6 años y medio, más o menos.

¿Es de la era del primer disco entonces?
Digamos que sí, pero no correspondía al primer disco. No la quise poner ni en el primer disco ni en el segundo. Había algo con esa canción que yo quería estar preparada como productora para poder sacarla. Porque es un tema que tiene mucho peso de canción, y en Pactos hay mucho peso de producción. Hay peso de canción, pero también experimenta con la forma. 
Esta es una canción de ley, pero quería que la producción estuviera a la altura de lo que me parecía que podía llegar su tipo de poesía. Por eso quedó por fuera, por no repetir una manera de producir, que era lo que iba a pasar si yo me manejaba con las herramientas de mi primer álbum.

Es una canción muy de bisagra. Es el puente entre los dos discos.
Exactamente. Es aunar el peso de la palabra de que tenía el primer disco, con el peso de la producción que tenía el segundo. Y bueno, estamos acá haciendo la evolución.

¿Cuáles fueron esas herramientas la producción que pusiste al servicio de esta canción?
Bueno, me llevó como un año arreglarla. Empecé con el tipo de coros, que tienen cierta melodía que llevan a un lugar misterioso. Quería que no fuera demasiada oscura, y que no fuera demasiado luminosa, sino que dejará entrever el misterio que tiene la canción. Que fuera dramática pero la vez casi fuera una risa. Después, hay algo muy importante que es la respiración: usar la respiración como una percusión es algo que vengo haciendo en mi shows, y es algo que voy a seguir. Estoy aprendiendo mucho de meditación y la respiración es lo que me sostiene, entonces ¿por qué no usarlo como instrumento?
Y lo que pasó fue que fue apareciendo un sonido como de ritual, en el cual hay personas que son más que yo. Hay muchos más coros. Y también, tener muchas voces y que no sea sólo una voz líder, es un elemento de producción que lo estoy viendo. Tienen acá tanto peso los coros como la letra. 
Después trabajamos con la banda, nos fuimos al estudio y tuve la fortuna de poder contar con aportes de ellos también.
También, creo que No te voy a olvidar tiene una reminiscencia milonguera. Me quemé la cabeza para poder fusionar mi costado más milonguero, con lo que me gusta del bolero, y todo eso con lo que me gusta del tecno, y hasta de la brujería. Lograr eso es la producción. 

¿Cuál es el camino que estás empezando a vislumbrar para lo próximo que se viene?
Hay una frecuencia salvaje, que está también en este track. Esos coros, ese espacio tribal que se va abriendo, que a mí me hace evocar un lugar de profundidad grupal y de cierta espiritualidad en el canto. Eso es lo que se viene.

¿Estás componiendo?
Sí, ya tengo para sacar música. Lo que pasa es que hoy en día creo que los tiempos son otros, y está bueno ir por pasos. La gente no tiene tiempo, me parece, para escuchar un disco entero. Entonces, si sacás tema a tema me da la impresión que te acomodás un poco más a la sensibilidad y a la atención que te puede dar una persona y no la apabullás.

¿Todas las colaboraciones que has hecho con gente del hip hop como Arquero y JT te han inspirado, te han llevado a lugares nuevos?
Bueno, el hip hop es un lugar del cual yo crecí. Creo que todos los que vivimos durante la era MTV mamamos del hip hop, más que nada el yanqui. Cuando era chica fui bailarina de hip hop durante muchos años. Yo no vengo de familia de músicos y no entendía bien la música. La bailaba pero no diferenciaba, mi cuerpo obedecía. Pero la vez que escuché Touch It de Busta Ryhmes entendí lo que es la producción, entendí que la canción era la producción. Se me abrió la cabeza. Por eso los productores que más me marcaron capaz que son Pharrell y Timbaland, que no son tanto productores del rock a lo Rick Rubin sino que son de pop y hip hop. 
Entonces estoy re feliz de estar colaborando con esta generación de talentosos, y cada vez que me mandan un track me abren un mundo. Me dan una oportunidad de salir de mi cabeza y entrar en un mundo compartido. Así que está buenísimo, estoy re copada.

Hablando de baile, para presentar este disco elaboraste una suerte de coreografía que fue ideada de acuerdo las canciones, ¿eso es algo que también te interesa seguir desarrollando? 
Sí, cada vez más, me gustaría mucho. Tengo ganas de soltar un poco la guitarra también, y salvajear por el escenario. Estoy extrañando eso, ¡y es algo que estoy pudiendo hacer con los raperos cuando canto con ellos! Puedo expresar mucho más arriba del escenario, sino estoy ahí parada tocando los arreglos y re ocupada con la guitarra. En lo que viene la voy a soltar un poco.

¿Este show es una suerte de despedida de Pactos
Es como un cierre, porque yo luego me voy a México y Europa. Pactos es un álbum que siento que fue siendo recibido tiempo después, porque al principio fue considerado un poco raro. Durante ese tiempo nosotros hicimos un montón de shows en Brasil, y tocamos en Argentina. Entonces, ahora es un cierre de esa gira con todo lo que aprendimos en esos escenarios. Fuimos aprendiendo de tocar en los bares más de mala muerte, donde faltaba la mitad de la batería, yo no escuchaba la voz y por ahí teníamos que ser Nirvana por una noche; a tener un sonido súper cuidado en un festival donde aprendimos lo que es ser profesional, con stage y sonidista, y nosotros teniendo que responder con la máxima profesionalidad posible. 
Es entonces un cierre de esa etapa. Ahora ya viene otra música. Me voy durante un tiempo a tocar afuera y me quiero encontrar con ese público que fue masticando Pactos y que hoy en día lo puede recibir de otra manera. Y como nunca voy a quedar quieta, de paso vamos metiendo un poco de lo que ya está saliendo.

Es un círculo, presentaste el disco en La Trastienda y ahora también cerrás la etapa en le mismo escenario presentando a otra Alfonsina. 
Sí. (Risas). Ahora Alfonsina somos muches.