Gonzalo Deniz, mientras tanto

Kristel Latecki


En noviembre de 2021, Gonzalo Deniz decidió cerrar una etapa que había comenzado solo con su guitarra 15 años atrás. Después de tanto tiempo, tantas canciones y experiencias, de aquel Franny Glass que creaba un pop acústico e intimista solo quedaba el nombre. Disco a disco el proyecto fue cambiando, desafiando consignas que el compositor se impuso para trabajar y que se plasmaron en este último tiempo en un álbum que rompe con la estructura de la canción pop y otro que amplía la instrumentación y evoca a los melódicos internacionales de antaño.

Y aunque en un principio lo pensaba, este no es un borrón y cuenta nueva; el disco Mientras Tanto, en Montevideo lo demuestra. “Estas canciones las voy a seguir tocando. Tengo canciones nuevas y también tengo estas que quiero que me sigan acompañando”, dice Gonzalo. “Lo pensé como un disco para trabajar. Para que ya bajo mi nombre figure esta lista en estas versiones. Y después seguiré con un material completamente original, pero me pareció un paso necesario”.

Es un disco recopilatorio, pero no en el sentido de “grandes éxitos”, sino como una actualización de repertorio. Regrabó versiones de 12 temas de Franny Glass, de Mersey y de su colaboración junto a Luciano Supervielle, e incorporó seis nuevas composiciones que comenzaron a salir desde aquel noviembre. En ellas, la frescura y la urgencia son características notorias.

“Con ese material quise hacer un disco que tuviera también su razón de ser. Que fuera más allá del mirar atrás. Para mí tiene mucho más que ver con el presente que con el pasado”, explica.

Ese repertorio será presentado en vivo este sábado 10 de setiembre en el Teatro Solís. Y en ese marco charlamos con Gonzalo sobre los criterios que rigen a este disco, lo que queda del pasado y lo que se lleva al futuro.

Las canciones de Franny Glass que aparecen en este disco son desde El Podador Primaveral (2011) en adelante. ¿Cómo fue la selección de las versiones a rescatar?
Está muy basado en el repertorio que suelo tocar en vivo de manera más acústica. Por ejemplo, Mientras el Viento Sopla Afuera, El Campo en Ciudad y Si Siguiera Mi Instinto las toco hace años en esa versión y nunca las había grabado. Me interesaba que quedaran registradas así, que son más reales que las grabadas. Y quería grabar canciones que creía que su versión definitiva no estaba. Pienso por ejemplo en Cuándo es Volar y Cuándo es Caer de Desastres Naturales, que la vamos a tocar en el Solís pero no tenía sentido regrabarla. 

También me interesaba despegarme de la primera etapa de Franny Glass, de las canciones tipo Cine y Libros y Hoy no Quiero Verte Nunca Más, porque me parecía bien que no estuvieran. Porque si bien las toqué en vivo hasta el último toque, me parecía que era algo de lo que me podía desprender. La parte más de pop de de dormitorio digamos. De dormitorio adolescente. 

Justamente, tengo la siguiente teoría. En la línea temporal de tu discografía, si en un eje está Franny Glass y el otro está Gonzalo Deniz, esos dos primeros discos son en esencia Franny Glass. Luego, con la evolución de los discos, las giras, las colaboraciones, Gonzalo empezó a aparecer cada vez más, hasta el día de hoy. 
Sí, capaz que entre El Podador Primaveral y Planes podría haber hecho el paso de cambiar de nombre, perfectamente. Y tiene que ver sí. Porque hasta el 2021 seguí respondiendo –involuntariamente, pero seguí respondiendo– a ese personaje que se creó en los primeros discos. Porque bueno, una vez que te ponen en un lugar ya es difícil salir. Pero está bien eso que decís, esos dos discos son lo más representativos. 

Hay canciones viejas que están, pero que no comparten esas características. Si Siguiera Mi Instinto es bastante vieja, está en El Podador Primaveral pero es de 2009. Adónde van los Pájaros es de 2010, pero también es otra cosa aparte porque es la música de Luciano. Y las de Mersey que tienen sus años también. 

Hablemos entonces del sonido que elegiste para esta nueva etapa. Despojaste toda la parte más pop, más instrumentada de los discos anteriores. Y ahora estamos en un ambiente más acústico, más austero. ¿Cómo cómo armaste ese mundo sonoro? 
Para mí en cierto sentido tiene algo de volver al origen. Pero es otra habitación, es una que está llena de gente en este caso. Antes era una habitación en la que estaba solo. 

En este disco pude cristalizar algunas inquietudes que venía teniendo y que no había podido plasmar en ningún disco, que era por ejemplo cantar en varias voces. Tenía esa necesidad de tener gente cantando junta en un mismo lugar. No a través de una computadora.

Y por otro lado, el hecho de que fueran canciones que ya tienen su versión anterior ayudaba. Me parece que las canciones tienen una vida mucho más grande que la grabación. Y yo quería que se parecieran más a cuando las toco. Quería olvidarme de esa idea de la perfección, y simplemente tocar la canción. Quería generar una cosa como si fuera no la foto de la canción, sino más como en la sesión de fotos. Las distintas tomas, las que quedaron afuera. 

Es un disco en vivo sin ser un disco en vivo. 
Sí, es como si fuera un disco en vivo. Un disco vivo.

Y después también está otra cosa. Nosotros siempre somos la suma de las personas con las que nos encontramos, con las que vivimos, con las que compartimos, las que personas que nos enseñan. Y musicalmente eso también sucede. En este disco tuve la idea de invitar a personas con las que tuve contacto en distintos momentos de mi carrera, y hacerlas convivir en un mismo lugar. Es una habitación imaginaria en la que hay personas que nunca se conocieron entre sí.

Es tu cumpleañitos. 
Es mi cumpleañitos (Risas). Porque por ejemplo, hay una canción cantan Diego Presa, Xoel López, Pablo Dacal, Matías González, Todos Quieren Volver a Casa. Es la que suena más casera de todas porque fue la intención, pero fue la que más nos costó. Si bien el disco tiene algo de evitar el artificio, esa canción es la que más tiene esa idea de que parece que alguien grabó un cumpleaños, de gente cantando una sobremesa. Pero nos llegó un montón de laburo poder generarlo.

Y es como un sueño también. Lo onírico de unir esas personas que conviven en una línea larga de tiempo, en distintos escenarios y en distintos momentos y lugares, pero lo que hicimos fue inventar esa habitación. Ahora sacamos unos videos para este disco que tiene que ver con lo onírico y también se relacionan con unos textos que escribió Martín Graziano para el disco.

Hay algunas canciones que tienen como unos pequeños outros, que hacen guiños a otros temas. ¿Por qué decidiste hacer eso? 
Porque es algo que también vamos a trabajar a nivel escénico en el Solís, que es el "mientras tanto". O lo de los distintos planos, lo que sucede mientras. Por eso aparece la voz de Inés Bortagaray. También, en un momento Eugenia Sasso (guitarrista argentina) me mandó lo que estaba probando arriba de Todos Quieren Volver a Casa, y parecía a alguien que se había ido de la habitación del cumpleaños y estaba tocando sola. Es esa cosa de fondo/figura. Y además también se escuchaba un timbre. Cuando estuvimos grabando en la casa de Guile (Berta, productor y músico) yo estaba deseando que sonara el timbre en algún momento porque quería que apareciera. Como para aportar más a esa idea estética. Y después, me acordé de que en un ensayo de la canción Mientras Tanto, en Montevideo con Lucía (Romero, tecladista y trompetista) había quedado grabada una charla.

Para mí el disco tiene una cosa súper orgánica y de documental, pero al mismo tiempo onírica. Soñé que estaba en un cumpleaños y que estaba Xoel López, Mati González, Diego Presa. Y que estaban Eugenia Sasso y Sergio Astengo tocando el bandoneón. Y esos audios tienen que ver con mostrar el medio. Antes de la canción la estoy mostrando cuando fue ensayada. Esa era una intención que yo tenía, capaz más de manera inconsciente. Y en esos audios encontré una manera de plasmarla. 

Volviendo al tema documental, Mientras Tanto, en Montevideo lleva a guión audiovisual. La canción en sí misma me llevaba a canciones como Fin del Verano que son pequeñas viñetas que van marcando que van armando la escena. 
Es una canción distinta y cómo viró la letra fue bastante paradigmático en relación a esta nueva etapa. Por dónde está puesta la cámara. Antes era muy, "a mí me pasa esto. Yo opino esto de las cosas". Y en un momento decidí sacarme a mí de la ecuación. En realidad ya estoy, yo elijo dónde pongo la cámara, qué mostrar y qué no. Pero no estoy diciendo cómo me siento al respecto. Por ejemplo, dice: “hay noticias prendiendo el fuego", y al principio decía "hay noticias y no las leo". Algo así. 

Ahí hay algo que tiene que ver con lo que hablamos del principio de los dos discos de Franny Glass. Me parece que este disco tiene una cosa más basada en el "nosotros" y no tanto en el "yo". Al nivel del canto colectivo y a nivel de las letras también. Más atenta al entorno que a lo que pasa por dentro, digamos. 

Y esta canción, por la letra y cómo está hecho el arreglo, es bastante atípica. Cuando la hice sentí que era de las cosas más logradas que había hecho, es una de las mejores cosas que hice. Salió muy rápido la letra y me parece que es inusualmente elaborada para lo que escribo.

¿Cómo viviste el concierto de despedida de Franny Glass? 
Como todos los momentos intensos, siento que medio lo sobrevolé un poco. Sentía que yo tenía que tener el control de la situación. Dar un buen concierto y no quería caer como en una cosa sentimental, digamos. 

¿Por qué no?
Porque ya estaba cargado el evento. Siento que tuve todo el año para procesarlo y lo comuniqué muy sobre la fecha. Si bien la gente que me rodea –el equipo y la banda–, todos ya lo sabían, rápidamente cambió el significado del concierto. Para mí fue increíble, tengo un recuerdo hermoso. Pero lo sentí como si me estuviera viendo a mí mismo, ¿no? Como si tuviera la experiencia de salir y mirar todo tranquilo, comiendo papas chip. En el recuerdo fue hermoso y en el momento también, obviamente. Pero siento que tuve las manos en las perillas todo el tiempo. En ningún momento me solté completamente. Porque hubiese sido un desastre, hay que mantener la compostura. 

Y ahora, apenas unos meses después, toca encarar otro show súper importante en un escenario que nunca tocaste como solista. ¿Cómo vivís eso? 
La invitación del Teatro surgió el año pasado. Yo me imaginaba tocando una vez por mes en lugares más chicos, como empezar más tranqui. Pero era una fecha preciosa y daba el tiempo para poder sacar un disco, trabajarlo bien. Entonces nos pareció que era una re buena instancia para como para establecer el proyecto con mi nombre. 

Es el escenario más grande en el que me propuse tocar. Es re importante y también me da un poco de chucho, ¿no? Pero está buenísimo, estos grandes eventos también sirven para dejar ya planteado el repertorio. Es un laburo súper intenso a nivel de difusión, de ensayo, de pensar escénicamente. Gran parte de lo que he hecho en el año ha sido dirigido hacia ese punto. Entonces, quiero estar a la altura pero al mismo tiempo poder disfrutarlo.