Juan Ingaramo: "Mi fibra es más popular, no me interesa que sea de nicho"

Kristel Latecki

En agosto, el músico cordobés Juan Ingaramo -uno de los artistas que viene moviendo el pop a zonas más interesantes- llegó medio de sorpresa a Montevideo. Instaló su teclado en el sótano de Inmigrantes y de improvisto dejó algunas de las canciones de sus dos primeros discos, unos que fusionan el pop con la sensibilidad de un cantautor que guiña a los sonidos de ahora, pero también mostró un poco de las cosas que ahora lo entusiasman: ritmos más cumbieros, beats reggeateoneros con historias de romances actuales.

Eso es lo que ahora se puede escuchar en Best Seller, su tercer trabajo editado en octubre y el cual aparece su versión de Fuego y Pasión de Rodrigo, pero también un suave y bolerístico trap con Ca7riel y Dakillah o un pop innovador con LOUTA y Neo Pistea.

Es en la mezcla de los sonidos de hoy que Juan se encuentra, y las mastica hasta crear pegadizas canciones.

Antes de aquel primer show charlamos con Juan para que nos contara un poco de Best Seller y donde ya adelantaba que volvería en diciembre para el festival La Nueva Generación, que realiza su primera edición en Montevideo este sábado.


Sos un ferviente militante del pop, ¿cómo fuiste encontrándote en este sonido que ahora defendés?

En realidad siempre me resultó más atractivo el hecho de romper o intentar romper lo establecido que reproducirlo. De pendejo iba a ver los festivales y las bandas de rock me daban fiaca, y las bandas de otra cosa me atraían más. Aparecía Miranda! y todos les gritaban “¡puto!” y a mí me re flasheaba, ¿entendés? Eso me parecía que tenía huevo y rock. Mismo Babasónicos y Dárgelos que no sabías si era hombre o mujer. A partir de ahí empecé a entender el lugar por dónde podía aportar. Y se llama pop para diferenciarse del rock. Me parece que ese fue un discurso que identifico mucho en otro momento, pero ahora lo siento un poquito añejado.

Los nombres suelen encasillar, pero justamente lo que sucede con el pop es que incluye todo.

Sí, hay más libertad, y es lo que vos quieras. En cambio el rock es lo que tiene que ser. 

Igual empezaste tocando en bandas de rock.

Yo era baterista. De hecho me acordaba que vine para acá una vez de pendejo. Había estudiado con Osvaldo Fattoruso en Córdoba un par de veces cuando él iba. Y siempre tuve una relación muy fuerte como escucha con la música uruguaya, con Opa, Mateo, Rada, los Fattoruso. En mi familia se escuchaba, y por ese link con Osvaldo. Vine por un laburo acá, me acuerdo que ese día me quedé y fui a su casa. Hasta el día de hoy hay conceptos de él que retomo en mi música. Hacía cosas distintas, era un genio tremendo. 

¿Qué te quedó de la batería que aplicás ahora a tu música?

Yo laburo bastante de productor y me gusta mucho ese universo. Creo que el encare rítmico de la música es fundamental, y la batería me ayudó en eso bastante. Está todo ahí. No toco más porque tuve otras necesidades que me salieron. Pero es un instrumento que amo y con el que pienso la música. Me voy a dormir pensando en riffs.

¿Y eso después lo llevás a las teclas?

Claro. Sí, no soy un habilidoso melódico, pero vas creciendo y vas entendiendo que es tu forma la que importa y listo.

¿Como sentiste el paso entre Pop nacional (2013) y Músico (2016)? ¿Qué hubo ahí en el medio?

Hubo tiempo. Uno es el hermanito menor y el otro el más grande. Para el primero no sabía, lo hice porque lo hice, le puse mi nombre y listo. Después me di cuenta que la gente estaba escuchando las canciones y que las juzgaba. Ahí tuve que empezar a pensar en lo otro: estoy sacando al público y ahí se ganan unas cosas y se perderán otras, como la ingenuidad y la frescura. Con el tiempo le voy encontrando cositas al primero que me gustan. Pero es como verme de niño. "Pah, ese era yo. Que cara de boludo". 

¿Sentís eso con canciones de Músico?

No tanto, pero me empiezan a identificar más las nuevas. Igual Músico me gusta, pero me parece que estuvo bien para la búsqueda de ese momento, de ese año. Ahora esa cosa alternativa pop porteña ya me da un toque de fiaca. Mi fibra es más popular, me gusta el pop. No me interesa que sea de nicho. Me encanta el reggaetón ponele. Me parece fundamental que los músicos lo tomen como materia prima y lo desarrollen. 

Estamos en un momento re interesante porque al principio era el arte menor, solamente para bailar. Pero ahora hay toda una corriente que está haciendo cosas interesantes con reggaetón.

Eso es lo que me gustaría hacer a mí, porque es la música de mi tiempo. También con el rock and roll debe haber pasado lo mismo. En el 50 eran cuatro acordes en todos los temas y las letras eran una mierda y misóginos, después vino Dylan o Lennon que lo llevaron a otro plano.

En Hace calor te acercas al reggaetón.

Sí. De hecho Fuego y pasión también es un reggaetonazo, sacamos el cuarteto de Rodrigo y lo hicimos reggaetón. Se puede buscar la fineza, si lo logro o no, no sé. Pero me interesa la búsqueda por ahí. Ir actualizando tu música al sonido del momento también.

¿Son las cosas que escuchás ahora?

Sí re. 

¿Trap?

Trap no tanto, hace un tiempo. Pero la cosa rítmica latina me encanta, y aparte es nuestra. Tengo un tema que es medio dancehall en su base, pero también algo candombe. Te das cuenta que la clave esta en todo. ¡Y es nuestro! No tenemos que hacer ni house ni rock que los inventaron otra gente. El mundo esta escuchando la música nuestra. ¡Hay que aprovechar!

Juan Ingaramo se presentará este sábado en el festival La Nueva Generación. Toda la información aquí.