"Natural y sucio": una conversación con Las Cobras

Foto: Diego Arrighetti

Foto: Diego Arrighetti

Kristel Latecki

En el medio del calor de enero Las Cobras decidieron sacar su segundo disco. De nuevo bajo el sello inglés Fuzz Club, la banda de Canelones presentó nueve canciones (mas una escondida) que marcan un nuevo camino hacia el interior psicodélico y lóbrego. 

Porque Selva es un disco más oscuro y feroz que Temporal. Sus guitarras crujientes y ritmos serpenteantes hacen que todo suene amenazante y hasta peligroso. Como la selva de noche.

Nuevamente trabajando desde su galpón devenido en sala de ensayo, grabaron y mezclaron el disco ellos mismos, dejando la masterización para vinilo y digital a James Plotkin, que ha trabajado en bandas sonoras de películas y en discos como los de sus compañeros de sello JuJu. Y precisamente, Gioele Valenti de JuJu figura como el único colaborador en Selva, prestando sus talentos para el track que le da nombre al disco. 

Luego del éxito fuera de fronteras que los tomó por sorpresa, ahora se encuentran más preparados. Tras rechazar dos invitaciones del sello Fuzz Club para participar de su festival anual que se realiza en Holanda, ahora Las Cobras están planificado su primer aterrizaje europeo para finalmente compartir cartel con los colegas del sello y acercarse a un público que ya los sigue de cerca. “Es la tercera vez que nos invitan, así que la tercera es la vencida”, afirma Sofía.

A semanas de salir su segundo disco, y ya con ediciones en vinilo bajo el brazo, charlamos con la dupla creativa: Sofía y Leandro.


Después de Temporal cuentan que pasaron por bloqueo creativo. ¿Qué les sucedió?
Sofía:
Me pasó que me saturé un poco. Lean ya estaba acostumbrado a hacer música, pero mi tema era que no lo quería sacar para afuera. Él me convenció porque dijo que era bueno y había que hacerlo, pero era algo muy íntimo para mí. Mostrarlo, pasar por toda la repercusión y después a salir a tocar -yo tenía una especie de pánico escénico que tuve que vencer- me agotó un poco. Parezco muy sociable pero soy re bicho.
Y después hubo un bloqueo, al sentir que teníamos que empezar a hacer de nuevo eso que nos encantaba hacer. Algunas veces arrancamos, no salía nada y ya nos frustrábamos un poco. Nos peleamos un poquito también. Había que dejar pasar el tiempo, había que dejarlo leudar me parece. Y eso fue lo que sucedió. Después que pasó el tiempo y nos juntamos de nuevo salió naturalmente como había salido lo otro.

Leandro: Relativamente en poco tiempo salieron todas las canciones. Fue con la misma dinámica del disco anterior: de juntarnos y hacer en el momento. Tiene esa cuestión de que a veces te juntás con la obligación de hacer una canción de la nada y a veces no sale.

S: La idea no es juntarse por la obligación. Sino que haya ganas de hacer y sacar cosas para afuera. Si no tenés nada para sacar no vas a sacar nada que sea real. Sino no funciona y no se hace.

Por el sistema que utilizan si no hay impulso no hay nada.
L:
Obvio, y también porque surge mucho de la interacción. Es un trabajo muy en conjunto, no es que uno va y trae una canción.

S: Nadie va y escribe una canción en el ómnibus. No, es en ese rato lo que está pasando ahí. Y ahí sí sacás cosas del exterior que te están pasando y con los gatos (risas), porque nos acompañan en la grabación. Se meten adentro de la sala y están con nosotros.

¿Cómo fue entonces construyéndose el disco?
L:
Fueron varias noches que nos juntamos y a partir de ahí fueron saliendo. 

S: Salían melodías de voz, algún bajo en teclado, o teclado en bajo. Armamos bata electrónica que nos ayuda a hacer la base, y bajos que le surgen a Lean. Hay un bajo de Darío también, el de Ida. Y así fue saliendo. Las letras fueron en el momento.

L: Sí, las letras tienen la misma dinámica. Hay una que salió balbuceando. Es común que tire sarasa y Sofi interprete lo que digo (risas).

S: Quedó la letra y quedó con tremenda lógica.

L: Es Down Low, en inglés que generalmente se presta para la saraseada. Tirás cualquier cosa y más o menos queda, tiene esa facilidad.

S: ¡Yo realmente escuchaba las palabras que estabas diciendo! Lean sabe mucho, pero yo que soy una novata y de no saber me facilita para no tener una estructura.

Eso está bueno: equilibrar el conocimiento técnico con la ingenuidad e intuitividad.
L:
Claro, además Sofi tiene mucho mejor oído que yo en cuanto a oído natural. Sin dudas. Por ejemplo, estamos sacando un tema random y ella saca enseguida la melodía. A mí me cuesta más.

S: Me encanta sacar melodías.

L: Es su deporte preferido. Es más natural que yo, y eso le da otra impronta que está buena. 

Hablemos de canciones. El primer tema que presentaron fue Llamarás mi nombre, que en realidad salió el otro año y en contexto tal vez sea la que suena más Temporal.
S:
Sí. Lean y Diego grabaron la batería y el bajo al mismo tiempo. Primera toma y a la vez. Ellos se conocen hace más de 10 años y viven tocando juntos, por eso esa primera toma quedó. La batería esa es medio reggaetonera.

Selva es un tema que también suena medio reggeatonero.
S:
¡Sí! Pasa que empecé a salir a bailar a la Jadeo y esas cosas. Entonces estaba como loca y siempre quería bailar. La letra salió cuando nos copamos con Rosalía: "¡quiero que vengas conmigo a bailar!" (canta en tono de flamenco).

L: Con Altura creo lo escuchamos mil veces.

S: Hasta que nos cansamos. A Palé está de más. 

L: Escuchamos abundante reggaetón. Cuando salió el disco X100PRE de Bad Bunny lo escuchamos abundante. ¿Cómo era la que ponías siempre?

S: La Romana.

L: ¡Sí! pero ya me hartó el tema. 

S: Me entró todo ese perreo encima y a él lo atomice.

L: ¡Pero yo te pasé la mayoría de Bad Bunny! Yo soy muy curioso y escucho abundante, pero ya está. Bad Bunny es el único que escuché abundante.

S: Ca7riel y Paco me los pasaste también y no pude parar.

Está de más que una banda como la suya se cope a incorporar reggaetón y llevarlo a su lenguaje. Me parece genial. Sin embargo, el disco en su totalidad tiene un velo un tanto oscuro. ¿Estarían de acuerdo con ese adjetivo?
L:
Sí, es un poco más denso que el anterior.

S: Depende del lado del disco en que se lo mire. Hay un lado que es más con bata electrónica, más golpe, más choque. Pero termina con una canción más pop y re tierna. Entonces, no sé si es tan oscuro. Está la más oscura al lado de la más tierna. Y del otro lado son las más latinezcas, más tribales, más psicodélicas. Entonces creo que sí, es más denso. Es que nosotros estábamos más oscuros también. El tiempo te va haciendo más oscuro (risas).

L: Es más denso y más barroco en el sentido de que tiene más cosas. Pero eso es de colgado, no hay intencionalidad atrás. Pero sí en que te colgás y empezás a sumarle cosas. 

Volviendo a la grabación. Otra parte del encanto de un disco de Las Cobras es saber que todo fue hecho por ustedes en un galpón chiquito de Canelones.
L:
Sí, a veces estábamos grabando el disco y había cinco personas al lado mío en una sala chiquita. Es la cosa más desordenada. Estamos grabando y tenemos que pedirles que se callen cinco minutos. No es que vamos a grabar el disco, no. Estamos de noche tomando algo, una joda bárbara, están todos en cualquiera. Y me pongo a grabar un bajo o una guitarra y es la que queda. No hay una intención de hacerlo mejor. Si vamos a grabar la batería pongo un micro solo al aire, ni siquiera me preocupo por cómo suena y con eso intento que suene bien. Siempre es así. O sea, muchas de las canciones las grabamos y había cinco personas alrededor hablando de cualquier cosa. 

S: En un momento les pedimos que se vayan que llegó el momento de hacer la letra.

L: Y capaz que en ese momento de cantar sí se van. Pero muchas veces hemos cantado con gente al lado. Y no pasa nada, siempre lo hacemos con esa dinámica. Eso hace que sea muy natural y a veces hace que sea muy caótico. El tema es a la hora de la mezcla, hacer que suene una batería grabada así nomás con charla alrededor es un quilombo bárbaro. Y el hardware que tenemos es híper limitado. Tenemos una tarjeta de sonido que las últimas veces fue prestada por Matías de Trópico Duclós. Y nada más. Y siempre fue así. 

S: Yo no voy a un estudio ni que me paguen.

¿Ni siquiera para probar?
S:
Ni en pedo. No puedo ser natural ahí. Yo soy natural en mi casa (risas).

L: Eso también es una contra para intentar sonar más pro. Pero no va a salir nada.

S: Yo creo que no hay necesidad de sonar más pro y más limpio. Me gusta ese sonido más natural y más sucio.

L: Estoy de acuerdo. 

S: Es la eterna pelea, “pro y limpio” versus “natural y sucio”.

L: Yo he planteado grabar la batería ponele en Sondor que ya lo he hecho y queda bueno, pero ta...

S: Es un no rotundo.

L: Otra cosa muy importante es que hacemos mucho karaoke siempre antes de empezar la noche.

S: Para afinar (risas). Las mías son Oh Darling y Bohemian Rhapsody. 

L: Yo soy más de Leonard Cohen y Johnny Cash. 

S: The House of the Rising Sun la cantamos entre todos muchas veces que sale preciosa. Hasta Bee Gees también. Y cuando empezamos a bajar empiezan a salir cosas muy lindas. Por ejemplo, The Color of Dawn que es la canción balada salió la letra mientras cantaba tirada en el piso tomando whisky (risas). Y Lean con la guitarra.

L: Somos muy espontáneos.